La Unión Europea es la mayor potencia económica mundial en términos de PIB (supera ligeramente a EE.UU.) gracias a un mercado de más de 500 millones de habitantes, homogéneo cultural y jurídicamente, y cercano geográficamente. Emilio del Prado, presidente de la Asociación Data Economy España, habla en el siguiente artículo para IPMARK sobre cómo hacer compatible esta fortaleza con el liderazgo del mercado digital.
Todo ello hace que el futuro Mercado Único Digital (COM-2017-9: La construcción de una Economía de los Datos Europea) pueda conquistar, a largo plazo, también el liderazgo global del PIB del sector digital. Debemos observar con optimismo las enormes fortalezas intangibles que posee la UE para acceder al codiciado trono, y a todas ellas se añaden los valores y principios de respeto al individuo y su privacidad, no siempre bien entendida por la aparente pérdida de competitividad a corto plazo. En este contexto, tener el control de la economía de los datos es determinante para liderar el mercado digital, y en muchos casos también los sectores no digitales.
La Data Economy
La Data Economy, o economía de los datos, es un término usado para referirse a la generación de actividad económica que transforma el valor intrínseco de los datos en nuevos productos y servicios, o mejora los ya existentes. Como cualquier actividad económica, la viabilidad empresarial se basa en la obtención de beneficios; pero el panorama de la Data Economy actual no pinta bien para nuestras empresas. En una Data Economy global, en la que la privacidad y las personas están en un segundo plano frente a la búsqueda de beneficios exponenciales, las compañías europeas en general (las españolas en particular) no están bien posicionadas.
Los inicios de la Data Economy
Hace cuatro años, en 2016, el debate sobre los datos tenía una base eminentemente tecnológica, con una intensa divulgación de las bondades del big data y la Inteligencia Artificial, entre otros habilitadores, pero con ausencia de discusión en términos de actividad económica, social, ética o geoestratégica.
En ese año 2016 inició su actividad la Asociación Data Economy España con un grupo de empresas de diverso tamaño y actividad, y con la visión de ser la organización aglutinadora y de referencia en el ámbito de la Economía de los Datos en España, formando un ecosistema de agentes involucrados en la generación de “valor en torno a los datos”.
La Data Economy en la actualidad
Hace cuatro años todo estaba por hacer desde un punto de vista de estrategia social y económica, pero ha sido a finales de 2019 y principios de 2020 cuando la madurez está llegando a la Data Economy con tres hechos relevantes:
En primer lugar, la sociedad está perdiendo la inocencia en relación con el uso que las grandes corporaciones hacen de sus datos. Cada vez hay más voces que imponen unos límites, que exigen que no sólo se cumpla la legislación en el uso de los datos, sino que se usen de manera ética. Y cada vez es más necesario que haya entidades (como la Asociación Data Economy España) que, manteniendo esos límites, reivindiquen y defiendan la generación de actividad económica con el uso de los datos, generando productos y servicios que busquen el beneficio empresarial.
En segundo lugar, el cambio del equipo de gobierno de la Comisión Europea supone un enorme impulso estratégico hacia el Mercado Único Digital y un espacio común europeo de datos (COM-2018-232-final: Hacia un espacio común europeo de datos). La nueva comisaria europea de competencia (Margrethe Vestager, que es además vicepresidenta) tiene el difícil mandato de diseñar la estrategia de Data Economy, y para ello cuenta con 100 días desde el pasado 1 de diciembre.
En tercer lugar, ya en clave nacional, vemos con satisfacción como la flamante secretaria de estado de digitalización, Carme Artigas, es una reconocida experta y empresaria de big data e Inteligencia Artificial. Esperamos entusiasmados que su conocimiento de la economía de los datos, su experiencia empresarial y su posición decisora sobre la estrategia política pueda facilitar el crecimiento de la actividad económica en torno a los datos, defendiendo a las compañías que actúan dentro de los límites.
Confianza y ética como pilares de la actividad sostenible
Los límites de una economía de los datos deben estar apoyados en los pilares de la confianza y la ética, para que se genere un contexto sostenible social y empresarialmente, basado en el beneficio a largo plazo y la mejora constante de una sociedad que retroalimenta, con sus datos, la actividad económica.
Ahora es más importante que nunca agrupar, defender e impulsar organizaciones que busquen generar valor económico con el uso de los datos, respetando los límites que combinan el cumplimiento de la normativa actual con el respeto de los principios éticos clásicos, para asegurar un futuro social, medioambiental y económicamente sostenible.