Transhumanos, biónicos, cyborgs… Y capacidad para la autosanación. Nuestro futuro como seres híbri- dos está a la vuelta de la esquina, según vaticina Gemma Vallet, directora de Innovación en PHD, en esta colaboración exclusiva para IPMARK.
Ray Kurzweil, inventor, futurista y una de las mentes privilegiadas al frente de la inteligencia artificial en Google, en el prólogo del libro MERGE y en distintos foros, anticipa que en los próximos 25 años o antes, los seres humanos se habrán fusionado con dispositivos inteligentes, convirtiéndose en seres híbridos, mitad biológicos, mitad no biológicos.
¿Serás un ser aumentado? ¿tu cerebro estará conectado a una inteligencia superior ubicada en una “Smart Cloud”?
En el 2029, Kursweil cree que el cerebro de los humanos, neocórtex, estará conectado a una smart cloud, lo que convertirá a las personas en seres “aumentados” en todas sus funciones biológicas, con una inteligencia muy superior a la actual y con la capacidad de autosanar y anticiparse a la enfermedad y adoptar medidas preventivas.
¿Cyborgs? Sí.
Llegaremos a la fusión entre personas y tec- nología sin apenas darnos cuenta por la rapidez que adoptaremos dicha fusión.
Seremos transhumanos: seres que han alterado de alguna manera su biología a través de la tecnología.
O biónicos: habremos reemplazado una par- te de nuestro organismo por otra no biológica.
Y sí seremos cyborgs: seres con partes del cuerpo orgánicas y otras biomecatrónicas. Seres que a través de la integración de la tecnología en el cuerpo poseeremos capacidades aumentadas con respecto a otros seres, el actual ser humano. Seremos súper humanos o seres aumentados.
¿Cómo se comunicarán los súper humanos?
– Telepatía. El 19 de abril del 2017, Mark Zuckerberg desvelaba públicamente la existencia de un equipo de trabajo en Facebook que está trabajando en tecnología para leer la mente. A estas declaraciones se sumaron rumores sobre cómo las otras gran- des compañías que lideran la tecnología y las comunicaciones hoy también poseen equipos trabajando en la misma dirección. No sería de extrañar pues que, en el 2020, al igual que en el 2017 se habló de tecnologías como blockchain y de la fiebre inversora alrededor de esta tecnología, vivamos una fiebre inversora alrededor de tecnologías facilitadoras de la telepatía.
– Redes sociales telepáticas. Si nuestro cerebro llega a formar parte de un gran cerebro, smart cloud, existirán redes sociales en las que nos comunicaremos a través de la telepatía.
Texturas y superficies comunicantes. El tacto seguirá siendo un gran transmisor de información, amplificado gracias a los nanobots implados en nuestro cuerpo y al Internet de las Cosas. Los objetos (vehículos, mesas, frascos de perfumes…) al tocarlos nos dirán cosas, nos darán información práctica sobre su uso o nos transmitirán su esencia si el objeto en sí es un perfume o nos comunicarán su sabor a través del tacto.
– Los auriculares se habrán integrado en nuestro oído, sólo la moda los rescatará como accesorio, puro objeto de deseo. Podremos aumentar el sonido a voluntad y hacer zoom in en algún sonido específico, un instrumento en una banda o en una conversación en particular. Las películas nos indicarán en qué escenas hacer audio zoom in para disfrutar distintas historias. Una misma película se podrá visualizar con distintas escenas y escenarios sonoros inmersivos. Lo mismo sucederá en los conciertos en directo que recobrarán aún mayor popularidad. La industria de la música vivirá una profunda disrupción.
– ¿Hablaremos con Alexa?, ¿la miraremos? o ¿la pensaremos? Posiblemente pensaremos, activaremos a través de un pensamiento los dispositivos inteligentes que tengamos en nuestros espacios físicos. Y también jugaremos a activar las luces con las manos, con la mirada… La interacción será a la carta, personalizada.
Las wearables invisibles, integradas en nuestro cuerpo, nos anticipan un mundo de la comunicación totalmente distinto al que conocemos, y es hoy el mejor momento para empezar a diseñar cómo será este futuro… inminente.
Gemma Vallet, directora de innovación en PHD