Growth Hacking: Persiguiendo el Santo Viral

Muchos de nosotros y de nuestros clientes damos por supuesto que la viralidad es algo que pasa mágicamente; que es

El Growth Hacker tiene las claves de la viralidad.IPMARK
Un Growth Hacker mejora el producto y lo adapta a las necesidades reales del usuario.

Muchos de nosotros y de nuestros clientes damos por supuesto que la viralidad es algo que pasa mágicamente; que es intrínseca al medio digital. Estamos convencidos de que los consumidores gastarán su capital social en recomendar un producto, compartirlo con sus amigos y recomendarlo por el simple hecho de que están en un medio propenso a hacerlo.

Y de hecho, estamos muy lejos de la realidad; la viralidad muy difícilmente aparecerá automáticamente a causa de una acción concreta.

Solamente una tipología de productos y mensajes se vuelven virales: no solo deben merecer la pena de ser compartidos, sino que deben despertar en la gente el deseo de enviárselo a sus amigos y conocidos.

Hasta que no provoquemos esta reacción, no conseguiremos la ansiada viralidad.

Y aquí, en la búsqueda de la viralidad, es donde el Growth Hacker tiene una ventaja competitiva contra el marketing tal y como lo hemos entendido hasta ahora.

El marketing tradicional se centra en cómo describir un producto según quiénes son sus potenciales clientes y dónde podemos encontrarlos.

Un Growth Hacker no solo crea anuncios y espera sus resultados; tiene la capacidad y autoridad de mejorar un producto y adaptarlo a las necesidades reales de los usuarios.

Origen del Growth Hacking: El caso Dropbox

El término Growth Hacking fue acuñado en 2010 por Sean Ellis. En aquel tiempo Ellis era Head of Growth de Dropbox.

Al inicio de Dropbox, los mismos fundadores crearon un vídeo casero donde explicaba el producto y sus beneficios. Los usuarios que lo veían se podían registrar en una página llamada getdropbox.com a la espera de que les llegara una invitación para poder realmente usarlo.

Dropbox consiguió 75.000 usuarios en pocas semanas. Y antes de lanzar las invitaciones, hizo encuestas a estos usuarios para acabar de moldear y validar el producto según las expectativas de los que serían sus consumidores.

Una vez estuvieron convencidos de tener el mejor producto posible, lo lanzaron permitiendo a los usuarios obtener más espacio en sus cuentas si estos recomendaban su producto.

Y no solo esto, daban almacenamiento gratuito a los usuarios que seguían las cuentas de Dropbox en las redes sociales, y utilizaron la gamificación para generar un mayor engagement a través de pruebas digitales y puzzles dando aún más espacio gratuito a los usuarios que conseguían superarlos.

Dropbox actualmente tiene más de 200 millones de usuarios y un 50% de los usuarios de la plataforma han sido captados a través de recomendaciones de otros usuarios.

El Growth Hacker es un profesional que concentra su día a día en dar respuestas a estas tres preguntas:

• ¿El producto se adapta realmente a las necesidades de los consumidores?
• ¿Motivamos y facilitamos a los clientes a recomendar el producto?
• ¿El producto genera experiencias relevantes para conseguir usuarios felices y entregados?

La clave para la viralidad es cómo funciona el producto, cómo se presenta y qué experiencia produce; y el growth hacker tiene los conocimientos tecnológicos, las inquietudes analíticas y los conocimientos de marketing necesarios para pasar de cero a millones de usuarios en muy poco tiempo.

Sobre el autor

Pol Hortal es Digital Manager y board member en Vinizius – Young and Rubicam. Es Cofundador de las start-ups uWhisp, Cooncert y UnikoModels y profesor de Growth Hacking y Campañas de comunicación y marketing integral de Foxize, escuela para Digital Challangers especializada en formación profesional, concreta y útil en el día a día.