El uso de IA generativa en su política de seguridad publicitaria ha permitido a Google aumentar la vigilancia y retirar de su plataforma anuncios fraudulentos. En 2023, la firma tecnológica eliminó más de 5.500 millones de anuncios, cifra superior a la de 2022, y 12,7 millones de cuentas de anunciantes, cerca del doble que el año anterior.
Según ha explicado la compañía en su blog corporativo, en 2023 aumentó el lanzamiento de campañas de publicidad digital de ciberdelincuentes en las plataformas de Google. De acuerdo a las cifras compartidas por la Big Tech, en el último año se bloquearon 206,5 millones de anuncios por incumplir su política de presentación engañosa y 273,4 millones de anuncios por incumplir la política de servicios financieros.
También se bloquearon más de 1.000 millones de anuncios por incumplir la política sobre abuso de la red de publicidad, que prohíbe la difusión de software malicioso, entre otros.
Parte responsable de esta mayor detección se debe al uso de modelos grandes de lenguaje (LLM), como indica que más del 90% de las acciones de suspensión practicadas por Google a nivel página tuvieron su origen en el uso de este tipo de modelos.
Avances gracias a IA generativa
Ponen como ejemplo las mejoras realizadas a la hora de detectar incumplimientos de su política de afirmaciones financieras de escasa fiabilidad, referidos a los anuncios de planes para hacerse rico rápidamente. “Los actores maliciosos que están detrás de este tipo de anuncios se han vuelto más sofisticados. Han refinado sus tácticas y ahora adaptan su publicidad a nuevos servicios o productos financieros, tales como asesoramiento sobre inversiones o monedas digitales, siempre con el fin último de estafar a los usuarios”, escriben.
De ahí que hayan empezado a utilizar Gemini y sus capacidades de razonamiento para garantizar la seguridad de la publicidad, “y estamos muy satisfechos con los resultados”, indican.
Recuerdan por último la puesta en marcha el pasado noviembre de la nueva política de limitación de la publicidad, concebida para proteger a los usuarios, limitando el alcance de los anunciantes con los que están poco familiarizados. Dicha política ha llevado a la compañía a instaurar un periodo de prueba para los anunciantes que aún no tienen un historial consolidado de buena conducta y que implica que, durante ese periodo, las apariciones de sus anuncios puedan limitarse en determinadas circunstancias, como por ejemplo, si no está clara la relación entre el anunciante y la marca a la que hace referencia.
“Esperamos que esta limitación de publicidad, que aún está en sus primeras fases, ayude a las empresas legítimas a generar confianza entre las personas que utilizan internet y que, al mismo tiempo, limite la difusión de los agentes maliciosos y reduzca el riesgo de estafas y anuncios engañosos”, concluyen.