A medida que crece la inversión publicitaria en Digital, aumenta la cuantía que se pierde debido a fraude en las campañas digitales. Con un volumen de pérdidas de 59.000 millones de dólares en 2021, se estima que este año a nivel global los anunciantes hayan perdido un total de 68.000 millones, un 15,25% más que un año antes.
Así se extrae del último informe elaborado por la consultora Juniper Research, ‘Top Five Ad Fraud Hotspots to Watch in 2022’, tras detectar los países donde los anunciantes digitales corren más riesgo en destinar parte de su inversión a fraude.
Estados Unidos, Japón, China, Corea del Sur y Reino Unido forman los cinco mercados donde más pérdidas asociadas a fraude se registran. Un 60% de los 59.000 millones de dólares estimados en 2021. A este respecto, gana Estados Unidos, país en el que se prevé que las pérdidas publicitarias sobrepasen los 23.000 millones en 2022.
El estudio también identifica los principales problemas relacionados con el fraude a los que se enfrentan los anunciantes en publicidad digital. El primero, los clics falsos, aquellos correspondientes a tráfico bot que imita la actividad de los consumidores y, sin embargo, no se convierte en interacción del usuario o ventas.
El segundo problema, la falta de transparencia en redes publicitarias como Google y Facebook, que agravan el problema de los falsos clics. Según la consultora, las herramientas de analítica de estas plataformas solo proporcionan a los anunciantes datos a nivel de superficie, pero no el insight que determina si los clics derivan de usuarios genuinos o de bots.
De ahí que recomiende a las marcas que combinen los datos proporcionados por estas plataformas con herramientas de analítica adicionales que aprovechen algoritmos de aprendizaje de máquina para identificar el tráfico con potencial de ser fraudulento.
Señalan, asimismo, el alto coste creciente de las campañas publicitarias online. La transformación digital por el que han comenzado a transitar un mayor número de marcas como consecuencia de la pandemia de coronavirus y, por ende, una mayor apuesta en la publicidad online, conducen a un mercado publicitario más saturado, lo que resulta en anuncios más caros, debido al creciente coste de alojar campañas en las redes publicitarias.
Pero esta subida de la inversión no se traduce necesariamente en campañas más eficientes. “Con consumidores que son bombardeados con campañas de publicidad digital en la mayoría de páginas de contenido digital, la probabilidad de que un consumidor haga clic en un anuncio dado decrece debido al número de anuncios competidores”, escriben.