Una botella de agua mineral cuesta en Suiza 0,92 euros, mientras en Finlandia sube hasta 2,09 euros. En este mismo país, un paquete de maquinillas de afeitar desechables cuesta 6,05 euros, por los 2,59 euros de Alemania.
Entre los factores que influyen en los costes pueden citarse la localización geográfica, los gastos de transporte, los impuestos o tasas, y la estructura de la distribución de cada país.
“Ciertos productos llegan a costar el doble que en tu supermercado local habitual”, señala Frank Martell, presidente y consejero delegado de ACNielsen Europa. “El estudio muestra que Finlandia es el
país más caro para la mayoría de estos productos, mientras que los más baratos son Alemania y Holanda, donde la distribución está dominada por las cadenas de hard discount como Aldi y Lidl, que influyen en el conjunto del mercado con sus precios altamente competitivos”.
El análisis de precios se realiza en supermercados, hipermercados y comercios de libre servicio. Así, el país más barato para comprar una botella de agua mineral es Suiza, aunque al tiempo es el más caro para un paquete de patatas fritas.
España se sitúa en una gama de precios media, y es el más barato para las latas de refrescos con gas, con un precio promedio de 0,42 euros. La botella de agua mineral grande cuesta de media 1,14 euros, por los 0,92 de Holanda o los 2,08 de Dinamarca. Un paquete de maquinillas de afeitar desechables cuesta en nuestro país 4,69 euros, y uno similar puede adquirirse por 2,59 euros en Alemania, o llegar a costar 6,05 euros en Finlandia. La tableta de chocolate que cuesta 0,98 euros en España se vende a 0,69 euros en Alemania, pero llega a valer 1,49 euros en Portugal, el país más caro para este producto. Un paquete de café instantáneo cuesta una media de 4,06 euros en España, pero sólo 3,68 euros en Italia y hasta 7,33 euros en Francia. Y una bolsa de patatas fritas que vale 1,67 euros en nuestro país se vende por 1,38 euros en Dinamarca y 2,10 euros en Suiza.