Una onza dispara la producción de endorfinas. Su efecto antidepresivo está probado por la ciencia. Por eso, durante los momentos más duros del confinamiento, las ventas de chocolate se duplicaron en España. En las dos plantas de Chocolates Valor (Villajoyosa y Ateca) se libró una gran batalla para absorber el aumento exponencial de la demanda. “Cada semana ha sido un reto”, reconoce Juan Fullana, director de marketing y expansión de esta marca de origen familiar, con cinco generaciones de maestros chocolateros detrás, que actualmente está presente en más de 50 países.
Porque la historia de Chocolates Valor comienza en 1881, en la localidad alicantina de Villajoyosa, con un protagonista: Valeriano López Lloret, más conocido como Señor Valor y una de las figuras más importantes de lo que puede considerarse una “saga chocolatera”. “Somos especialistas en chocolate, llevamos más de 130 años dedicando nuestra pasión a ello”, comenta Juan Fullana, un auténtico conocedor de la historia de esta empresa familiar que en los últimos meses ha saltado de las páginas de la prensa especializada a la de los diarios generalistas.
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