Cristina Vicedo, directora general de FutureBrand Madrid, entrevista a Eva Muñoz, directora corporativa de comunicación de Solunion.
En estos tiempos de cambio y renovación, me gustaría compartir un ejemplo de cómo la cocreación entre cliente y agencia de branding puede dar lugar a grandes marcas. Proyectos que resultan verdaderamente enriquecedores fruto del trabajo, la visión y la comunicación entre equipos. Hoy, me gustaría transmitir el testimonio de Eva Muñoz, directora corporativa de comunicación de Solunion, para conocer de primera mano la experiencia de iniciar un viaje de transformación de marca para impulsar el negocio.
¿Cuál era el reto en términos de negocio al que os enfrentabais?
Eva Muñoz: Para el planteamiento inicial pensamos en una evolución de marca.
Solunion es una compañía que nació en 2013 fruto de la unión de dos grandes compañías, como son Euler Hermes y MAPFRE, para ofrecer seguros de crédito en España y Latinoamérica. Con un espíritu de evolución y crecimiento constante, Solunion incorpora nuevos productos, servicios y enfoques. El tema de la innovación y la transformación digital planteaba también nuevos retos. Necesitábamos posicionarnos y diferenciarnos, actualizar nuestro modelo de marca.
C.V.: ¿Cuáles eran los grandes objetivos de la marca de cara al futuro?
E.M.: Queríamos una marca que posicionase a Solunion en el nuevo modelo de negocio, que reflejase su oferta más diversa. Que hablase de lo que hacemos, de una empresa que trabaja en B2B, pero también en B2B2B, con nuestros mediadores y otros colaboradores. También queríamos posicionarnos como una compañía que evoluciona, que innova, que se adapta al cambio. Y un tema muy importante también: unificar nuestra imagen a nivel global, sin perder de vista las peculiaridades de cada mercado.
C.V.: ¿Qué aspectos tuvisteis en cuenta para seleccionar agencia de branding?
E.M.: Nos movimos principalmente por referencias, hicimos una prospección de mercado, teniendo en cuenta nuestra política de selección de proveedores y viendo distintas opciones de compañías. La visión internacional fue una cuestión importante a considerar. Analizamos sus experiencias y trabajos previos; también consultamos algunas referencias de nuestros accionistas.
C.V.: ¿Por qué elegisteis a FutureBrand para que os acompañara en este viaje?
E.M.: Creo que tuvo un poco de “amor a primera vista”. Nuestra primera reunión resultó muy fluida, nos entendimos bien. FutureBrand captó rápidamente lo que queríamos, entendió las especificidades de nuestro sector y nuestras necesidades concretas. Comenzamos de buen modo y, después de valorar todas las opciones, decidimos trabajar con ellos. La experiencia ha sido muy positiva.
C.V.: ¿Cuáles fueron las mayores dificultades y cómo se superaron?
E.M.: Más que de dificultades, hablaría de retos. Porque, si bien nuestro enfoque era de evolución desde el principio, la verdad es que al final el resultado fue un cambio importante, transformador en cierto modo. Lo más complicado, en mi opinión, fue conseguir plasmar unos valores y una personalidad de marca que de verdad nos identificara a los ‘Solunioners’ -así es como nos llamamos las personas que trabajamos en Solunion-, y definir esos valores como nuestros. La parte visual, después, resulto más fluida.
C.V.: ¿Qué resultados/ impacto ha tenido esta marca?
E.M.: Desde el lanzamiento, en noviembre de 2019, estamos muy contentos. El cambio gustó interna y externamente, nos dio una visión de marca y de equipo mucho más humana, de unidad, más corporativa en todos los países. Logramos reflejar lo que hacemos, cómo lo hacemos y cuál es nuestro propósito, y vincularlo claramente con nuestro negocio.
C.V.: ¿Cuáles son los grandes aprendizajes de este proceso de branding?
E.M.: Aprendimos sobre muchos aspectos porque, más allá de un rebranding, ha sido también un aprendizaje como compañía.
Hemos aprendido que merece la pena atreverse, hay que ser audaz. Cuando una marca nos inspira algo, tenemos que apostar por ello. Otro aprendizaje es que, cuando una marca evoluciona, toda la compañía evoluciona con ella. La marca acompaña al negocio y es un reflejo de su crecimiento.
Este proyecto también nos ha enseñado que hay que hacer partícipes a las personas de los procesos, es clave para el éxito. Cuando nos involucramos en lo que hacemos y nos identificamos con la marca que representamos, es más fácil hacer llegar el producto, porque reflejamos hacia el exterior algo que sentimos, en lo que creemos de verdad.