Como sucede en otras muchas disciplinas, el marketing digital también se renueva de manera constante. En este caso, además, ese cambio continuo y esa adaptación a los nuevos tiempos es una de sus señas de identidad. Por ello, cada final de año muchos expertos en este sector analizan cómo está siendo el comportamiento de la industria y hacia dónde avanza, cuáles son las estrategias que marcarán el paso en los siguientes meses.
En 2024, el marketing online, y también la publicidad, caminarán hacia el refuerzo de tendencias ya establecidas sin grandes eventos disruptivos, pero con especial protagonismo para la inteligencia artificial. Esta puede colarse en diferentes ámbitos, como veremos más adelante.
Toca subirse al carro de la Inteligencia Artificial
Hace aproximadamente un año ya comenzaba a ser noticia la aparición de la herramienta de inteligencia artificial generativa ChatGPT. A partir de entonces han ido sumándose otras aplicaciones similares en las grandes empresas tecnológicas, sabedoras de que no pueden perder comba en esta carrera.
Toda esta coevolución está provocando que la IA ya aparezca como una técnica clave en las empresas para optimizar estrategias de marketing. Actualmente ya se utiliza como ayuda para optimizar tareas, personalizar experiencias de clientes y filtrar mejor los datos que se reciben sobre las audiencias.
De cara a 2024, las distintas herramientas de IA serán muy válidas para generar experiencias y productos altamente personalizados y para crear contenido que esté específicamente dirigido al público deseado. A través de estas fórmulas, las empresas pueden obtener clientes mejor fidelizados con la marca.
Obtener datos en tiempo real
El otro gran escenario hacia el que se mueve el marketing digital es el del análisis de datos. El monitoreo en tiempo real, caracterizado por la recopilación y profundización de datos procedentes de fuentes como redes sociales, apps móviles, sitios web y email marketing, permite generar información altamente válida de manera inmediata.
Todos estos datos permiten a las empresas tomar decisiones tácticas de manera más acertada y contribuir al enriquecimiento de esa información. De este modo, no solo obtenemos más información de los clientes, sino que lo hacemos de manera menos invasiva, sin generar rechazo y aplicando fórmulas en los que ellos se sientan comprometidos con esta tarea.
En cualquier caso, la acumulación de esos datos debe tener siempre como premisa básica respetar la privacidad de los clientes. Las marcas deben comunicar de manera abierta y clara cómo gestionan la información recibida, a qué datos tienen acceso y con qué propósito. Por tanto, la transparencia es esencial.
El email marketing, una estrategia clásica pero altamente funcional
A pesar de que las tendencias en marketing caminan hacia una renovación constante del sector, hay algunas estrategias que mantienen un peso específico importante y que siguen siendo muy relevantes. Un ejemplo es el email marketing.
El correo electrónico continúa siendo un canal de difusión muy potente para muchas empresas, que encuentran en herramientas como las newsletter una vía para llegar a muchos clientes. En 2024, las marcas inteligentes no solo seguirán apostando por el email marketing para estar más cerca de los clientes, sino que lo utilizarán como táctica para acumular datos y aportar información interesante a las estrategias de Big Data.
Por otra parte, el email marketing cuenta con una ventaja extra, y es que es una estrategia muy económica y escalable, de la que puede sacar partido cualquier empresa sin importar su tamaño o capacidad de inversión. Para ello, gestores como Mailrelay, que ofrecen cuenta gratuita, pueden servir de gran ayuda.
El cliente siempre en el centro del foco
Un último campo que adquirirá protagonismo es el de la atención al cliente. Ya ocurre en el presente, pues las empresas saben que los consumidores exigen cada vez una atención más personalizada y cuidada para ganar su interés.
En este sentido, las empresas que logren ofrecer unos servicios cuidados de atención a los clientes serán las más propensas a generar más ingresos y, lo más importante, a ganar retención. Esta respuesta a los consumidores busca ser más que una resolución de consultas o problemas, quiere convertirse en una herramienta con la que las empresas puedan capitalizar el éxito de sus ventas.
Los clientes modernos buscan experiencias personalizadas, y aquí es donde entra en juego también el buen tino para analizar la información y ofrecer respuesta a las necesidades individuales. Con todo esto en juego, las empresas ya no necesitarán embajadores, sino que serán los propios consumidores los que hagan esta labor.