El 83 % de las mujeres asocia el cuidado del cabello con bienestar emocional

Un estudio de TRESemmé e Ipsos Digital revela que el buen o mal cuidado del cabello influye directamente en el estado de ánimo y la autoestima.

El 82 % asegura que tener un “buen día de cabello” influye directamente en su estado de ánimo, y una de cada dos considera fundamental seguir una rutina de cuidado.

 El estudio “El poder del cabello en nuestras vidas”, impulsado por TRESemmé, marca  en el cuidado capilar de Unilever, junto a Ipsos Digital, analiza cómo el cabello refleja la identidad, las emociones y los momentos vitales de las personas.

El informe, presentado en Madrid ante medios e influencers, revela que el 83 % de las mujeres asocia el cuidado del cabello con bienestar y equilibrio emocional. Para muchas, cuidar su melena va más allá de una rutina estética: es una manera de sentirse bien consigo mismas.

De hecho, el 82 % asegura que tener un “buen día de cabello” influye directamente en su estado de ánimo, y una de cada dos considera fundamental seguir una rutina de cuidado. Aunque los hombres lo expresan con menor intensidad (24 %), ambos coinciden en que el cabello impacta positivamente en su bienestar diario.

El cabello, reflejo de las etapas vitales

El estudio también muestra que el 83 % de los encuestados siente que su cabello refleja los cambios personales o emocionales que ha vivido. El 69 % reconoce haber cambiado de peinado, color o corte tras un momento importante —como una ruptura, un embarazo o un nuevo comienzo—, y entre las mujeres, el porcentaje asciende al 78 %, frente al 59 % de los hombres.

Durante las etapas más sensibles, como el embarazo, la maternidad o una ruptura, el cabello adquiere un papel emocional aún mayor. Entre las mujeres jóvenes (de 18 a 25 años), el 58 % afirma que cuidar su cabello les ayuda a mantenerse en control y reafirmarse, mientras que entre las mayores (de 56 a 65 años), este porcentaje desciende al 36 %, reflejando una mayor serenidad y aceptación.

Generaciones y nuevas influencias

El estudio pone de relieve una evolución generacional en la forma de relacionarse con el cabello. Las mujeres jóvenes (18-25 años) reconocen en un 44 % que su forma de cuidarlo está influida por redes sociales, profesionales o su entorno cercano, mientras que entre las de mayor edad (56-65 años), el 71 % afirma haber desarrollado su rutina por descubrimiento personal.

Esta madurez también se refleja en la aceptación de los cambios naturales del cabello. Casi la mitad de las mujeres jóvenes (47 %) y el 53 % de las mayores ven las canas o la textura cambiante como algo natural, símbolo de experiencia y autenticidad.

Las redes sociales y los contextos laborales también influyen en la forma en que las personas cuidan y muestran su cabello. El 71 % admite que los entornos digitales tienen un papel en su presentación personal, aunque la mayoría los ve como una fuente de inspiración y no de presión.

Las diferencias de género son notables: las mujeres sienten más la influencia de los entornos profesionales (33 % frente al 20 % de los hombres), mientras que ellos reconocen una mayor influencia de las redes sociales (47 % frente al 41 %). En general, el 59 % asegura inspirarse en ellas sin perder su propio criterio.

El estudio confirma que el cabello sigue siendo una herramienta de empoderamiento y expresión personal. Para el 43 % de las mujeres, representa bienestar y equilibrio, para el 35 % una forma de expresar su identidad y para el 22 %, un símbolo de empoderamiento. Además, uno de cada cuatro encuestados (27 %) reconoce que los contextos sociales influyen en su forma de cuidarlo y mostrarlo, especialmente en el ámbito laboral.

“En TRESemmé creemos que el cabello es una parte esencial de cómo nos mostramos al mundo, pero también de cómo nos sentimos por dentro. Cuidarlo no es solo una cuestión estética, sino una forma de expresión, bienestar y conexión con uno mismo”, señala Diana Palomino, responsable de marketing de TRESemmé.