La confianza del consumidor español crece, dos puntos, pero también aumenta, y mucho, su intención de ahorrar una vez cubiertos los gastos básicos. Además, desciende el número de los que ven con optimismo su futuro laboral.
Según el último Estudio Global de Confianza de los Consumidores elaborado por la consultora Nielsen, el consumidor español se muestra muy cauto.
Así, mientras que en términos de confianza se registró un incremento de dos puntos en el primer trimestre del año con respecto a cómo terminó 2015, pasando de 72 a 74 puntos, el grueso de personas que manifiestan su intención de volver al ahorro asciende hasta el 43%. La factura energética y el ocio fuera del hogar son los capítulos en los que más se intenta reducir el gasto, un 57% y un 56%, respectivamente.
Aun con la incertidumbre, España es el único país de las cinco grandes economías europeas que aumentó en confianza durante el primer trimestre del año. En el resto de países, Gran Bretaña, Alemania, Italia y Francia, el índice de confianza disminuyó, especialmente en el caso de los franceses, que experimentaron una pérdida de 10 puntos hasta el pasado mes de marzo. A su vez Europa en conjunto también cedió puntos, hasta tres.
Por otro lado, disminuye el porcentaje de aquellos que consideran que en los próximos doce meses mejorarán las perspectivas laborales. La opinión mayoritaria es que el futuro laboral a corto plazo se presenta regular (45%), mientras que un 28% tiene un mal pálpito.
Seguridad laboral y economía
Para los españoles sus principales preocupaciones siguen siendo la seguridad laboral (33%) y la economía (31%).
No obstante, cuando la situación económica mejore, serán muchos menos los consumidores que sigan conteniendo sus salidas: solo un 19% seguirá pasando más tiempo en casa. En cambio, un 42% continuará vigilando el recibo de luz y gas.