¿Cómo será el consumidor en la España de 2033? Con toda certeza será muy distinto. Estrechamente vinculado a la tecnología y con déficit de concentración debido a la hiperestimulación cognitiva. Todo un reto para las marcas, que se verán obligadas a transmitir sus mensajes de una forma mucho más compleja y precisa, escogiendo y acertando entre muchos y muy diferentes contextos de interacción.
Los próximos veinte años pondrán en jaque la viabilidad de muchos de los actuales modelos de negocio. La generación de consumidores que poblará el mercado en 2033 y, a diferencia de los de ahora, se trata de nativos digitales. Su relación con el entorno estará sujeta a una experimentación tecnológica constante y sus hábitos de consumo se verán condicionados por ello.
El cliente digital será un consumidor con nuevas demandas, mucho más exigente y dispuesto a manejarse en un paradigma de transparencia en su relación con las marcas. Una relación en la que llevará la batuta en todo momento.
Así es el panorama que dibujan la consultora PriceWaterhouseCoopers (PWC) y el Instituto de la Economía Digital de ESIC (ICEMD) en el informe Clientes@20133, cuyo objetivo es orientar a las empresas sobre los motores de cambio que transformarán de forma radical su relación con el consumidor en los próximos 20 años.
En un contexto como este, los expertos recomiendan reforzar tres aspectos de la relación con los consumidores: escuchar aquello que el cliente desea, personalizar las ofertas a sus necesidades expresas y automatizar los procesos que no aportan valor en la relación con el cliente, generando experiencias más placenteras y a medida.