Con la llegada del algoritmo de inteligencia artificial RankBrain -con el que Google quería conocer el contexto de búsqueda-, se produjo una reconversión del SEO: la semántica ganaba terreno a la keyword en sí, de manera que el desarrollo de temáticas concretas comenzó a ganar valor: subtemas, mayor long tail y link building interno se convirtieron en los tres soportes fundamentales hacia un buen posicionamiento.
Un clúster de temas o de contenidos no es más que la suma o agrupación lógica de todos los post que tratan acerca de un mismo tema, que se hayan vinculados entre sí y con el pilar, de manera que se convierten en un ecosistema de gran valor para el usuario: un monto de información completa y bien estructurada que ayuda a disminuir comportamientos como el dwell time y el pogo-sticking, lo que favorece muchísimo el ascenso en los rankings de Google.
Se ha demostrado que los clústeres de contenidos pueden llegar a aumentar el tráfico web hasta en un 50%, debido a que organizan la información y mejoran los rankings de las páginas principales, conocidas como “pilares”. No es de extrañar: una información completa, bien referida y organizada es de utilidad, por lo que aumentará el tiempo de las sesiones.
Atrás quedaron los tiempos en los que el posicionamiento SEO se centraba únicamente en palabras clave, dando lugar a artículos que funcionaban como compartimentos estancos y que, si bien se agrupaban bajo una misma categoría, no facilitaban la navegación hacia otros artículos en los que se desarrollaban subtemas del principal.
Se trata de lograr valor a través del contenido, y eso no únicamente se consigue abordando temas de calidad y organizándolos en clústeres: también es necesario desprenderse de los artículos de escaso valor, aquellos que queden fuera de la estrategia de clústeres de contenidos. Desindexar lo que no aporta, suma. Actualizar lo que ya quedó obsoleto, también.
Gracias a los clústeres de contenidos se producirá una mejor distribución del PageRank de la web, además de que facilitaremos el rastreo e indexación a los bots, haciendo saber a Google cuál es la página de mayor valor. Este sistema de organización por temáticas, independientes las unas de las otras, ofrece una mejor experiencia de usuario y evita en gran medida la canibalización de contenidos, ya que estos se vuelven más específicos, profundos y atemporales.
Los clústeres de contenidos no son una práctica nueva, pero sí es cierto que son muy pocos quienes llevan a cabo este sistema de organización de la información en sus webs o blogs. Ha llegado el momento de invertir tiempo en ello para evitar que la competencia gane terreno, y es por ello que esta estrategia está considerada por los expertos como una de las tendencias SEO 2019.
En ese sentido, Xaeny Cunha, SEO Analyst en Kanlli, insiste en la importancia de la organización del contenido: “Podemos tener un blog repleto de información de calidad y basado en una keyword strategy adecuada, pero si no tenemos el contenido organizado puede que todo ese esfuerzo no haya servido de mucho. Estructurar la información en torno a temáticas concretas enriquece mucho experiencia de navegación del usuario. Y todos sabemos que si el usuario es feliz, Google es feliz; y, por tanto, los SEO somos felices”.