La trama de Borgen es una magnífica escuela sobre los cinco valores que deberían presidir la comunicación del futuro: diálogo, engagement, transparencia, reputación y superación. Sobre estas enseñanzas y su aplicación en el mundo de la publicidad y el marketing ha puesto su foco la décima edición del Encuentro de Tendencias Omnicom 2016, cuyo invitado ha sido Adam Price, el guionista y creador de esta serie de política ficción.
Trabajar en marketing significa estar atento a la realidad las 24 horas del día. Sondear de continuo todo aquello que interesa a los consumidores. Así que las series de televisión, que actualmente desatan pasiones entre todos los públicos y hasta inspiran a los líderes de algunas formaciones políticas, son una asignatura obligatoria para los profesionales del sector.
‘Borgen’, la serie que la cadena pública Danmarks Radio ha logrado vender a 80 países y que ha sido reconocida con numerosos premios en todo el mundo, es un ejemplo de storytelling en el que confluyen todos los elementos del engagement: identificación y fascinación, tal y como señaló Adam Price al ser preguntado por las claves del éxito de la serie.
A lo largo de las tres temporadas que dura esta obra de ficción asistimos al desempeño del poder por parte de Birgitte Nyborg, que llegará a convertirse en primera ministra, pasará por la oposición, abandonará la política y regresará a ella. Su vida personal se entremezcla con una trama en la que también tienen un papel estelar las negociaciones entre partidos y los medios de comunicación como contrapoder.
Los personajes de Borgen, término coloquial con el que se conoce al Palacio de Christianborg, que alberga el despacho del jefe del ejecutivo danés, son convincentes y naturales. “Nyborg es una mujer real que hace continuos equilibrios para compatibilizar su vida con el desempeño de sus funciones públicas”, explicó Price.
El personaje de Birgitte Nyborg encarna esas cinco enseñanzas de la serie que durante el encuentro se extrajeron para aplicarlas al mundo de la comunicación, el marketing y la publicidad:
– Diálogo: En política, como en publicidad, se trata de comprar y vender. Y llegar a un compromiso y cumplirlo. “En Dinamarca somos especialistas en negociar de manera eficaz. Somos una democracia muy vieja sustentada en una larga serie de gobiernos de coalición. No nos gustan las jerarquías. Preferimos los organigramas planos”, comentó Adam Price.
– Engagement: Birgitte Nyborg sabe venderse. Conoce perfectamente cuál es su ventaja competitiva: es alguien con el que resulta fácil identificarse ( tanto hombres como mujeres) y, al mismo tiempo, resulta fascinante. “Estos dos elementos, identificación y fascinación son esenciales a la hora de vender, y sobre todo, conocer la quintaesencia de tu producto”, apuntó el guionista.
– Transparencia: Tanto Nyborg como el resto de los personajes de las serie son reales. No encajan en los clichés. Son auténticos y también su discurso. “A veces la publicidad sobrecarga de emociones a un producto tan prosaico como un cepillo de dientes. Eso no resulta creíble. Es falso”.
– Reputación: A lo largo de la serie, Nyborg tiene que hacer frente a los retos de la política danesa, negociar con mandatarios extranjeros y mantener unido un gabinete que amenaza con deshacerse. En los últimos capítulos, y para evitar la inestabilidad política, la protagonista cederá el puesto de primer ministro, conformándose con el de ministra de asuntos exteriores por el bien del país.
– Superación: La protagonista es un ejemplo de superación. Durante las tres temporadas hace frente a la gestión política mientras enfrenta un divorcio, los problemas emocionales de uno de sus hijos y también una grave enfermedad.