En el océano de demandas por el que navega Google, la firma tecnológica propiedad de Alphabet ha logrado un pequeño triunfo en la última sentencia emitida en materia de competencia desleal y monopolio.
Según el fallo emitido por el juez Amit Mehta del juzgado federal del distrito de Columbia, en Estados Unidos, no resulta necesario que Google se separe de su unidad de negocio Chrome, como se pedía en la demanda y como solicitó el pasado abril el Departamento de Justicia.
De acuerdo a lo dictado por el juez, Google no está obligado a “desprenderse de Chrome ni del sistema operativo Android”, ya que “los demandantes se extralimitaron al solicitar la desinversión forzosa de estos activos clave que Google no utilizó para imponer restricciones ilegales”.
No obstante, sí fuerza a la compañía a que se abstenga de mantener cualquier contrato exclusivo relacionado con la distribución de Google Search, Chrome, Google Assistant y la aplicación de inteligencia artificial (IA) Gemini. Aunque podrá seguir ofreciendo contraprestaciones a aquellas empresas que decidan distribuir sus productos. Según el juez, prohibir esto causaría “daños sustanciales” tanto en sus socios como en los consumidores.
A pesar de que en 2023, Mehta, en otra resolución, había dictaminado que Google había infringido las normas antimonopolio respecto a su negocio de búsquedas en la Red, en la sentencia presentada este martes expone el impacto que está teniendo en el negocio la llegada de la inteligencia artificial (IA) generativa que “pueden cambiar las reglas del juego”.
“Hoy en día, decenas de millones de personas utilizan chatbots de IA generativa, como ChatGPT, Perplexity y Claude para recopilar información que antes buscaban a través de búsquedas en internet”, señala.
Foco en AdX
Si bien la última sentencia emitida por un tribunal es un pequeño respiro para la Big Tech, ello no implica que la compañía deje de prepararse para una posible escisión de su negocio, como pide el Departamento de Justicia estadounidense, en cuya resolución no solo se centraba en Chrome, sino también en el monopolio ilegal que, aseguraba, mantenía con sus servidores publicitarios para editores y su ad exchange, AdX.
Muestra de dicha preparación, la cena que su equipo de Google Ad Manager acogió en Nueva York con representantes de los principales grupos publicitarios para recordarles las ventajas de sus herramientas para editores, lo que podría verse, tal y como recuerdan desde la consultora eMarketer, como un movimiento para animar a impulsar sus ingresos ante una posible escisión.
Según datos de eMarketer, desde 2022 los ingresos de AdManager habían descendido un 7% hasta alcanzar los 30.000 millones de dólares. “Si se asume que AdManager acapara la mitad de ese total, sus ingresos anuales podrían estar cerca de los 5.000 millones de dólares, aún lejos de rivales directos como Magnite, con 668 millones en 2024, o PubMatic, con 291 millones”, escriben.
La escisión de AdManager de Google también se encuentra en el foco de otra demanda gestionada por un tribunal de Virginia, cuya sentencia – esperada para este mes – podría indicar una separación, la venta de su ad exchange (AdX) o abrir dicha plataforma a otros competidores.