Lo que en principio se había anunciado como una fusión entre las entidades financieras Bankia y CaixaBank se ha materializado, en última instancia, como un acuerdo de absorción por parte de la segunda hacia la primera. Así, la nueva empresa financiera mantendrá la marca CaixaBank, con una posición más fuerte en el sector. Superará los 664.000 millones de euros en activos totales, los 20 millones de clientes en banca retail y dominará el mercado de los depósitos (24% de cuota), créditos (25%) y ahorro a largo plazo (29%).
Los consejos de administración de ambas entidades han aprobado la operación, consistente en una ecuación de canje de 0,6845 acciones ordinarias nuevas de CaixaBank por cada acción de Bankia. El precio pactado ha incluido una prima del 20% sobre la ecuación de canje a cierre de 3 de septiembre, lo que ha supuesto una prima del 28% sobre la media de ecuaciones de canje de los últimos tres meses.
El intercambio de acciones establecido implica que los accionistas de la entidad catalana representen inicialmente el 74,2% del capital del nuevo banco, mientras que los de Bankia, el 25,8%. CriteriaCaixa, entidad controlada por Fundación La Caixa, se mantendrá como accionista de referencia de CaixaBank con cerca del 30% del accionariado, y el FROB alcanzará el 16,1%.
La nueva compañía estará presidida por José Ignacio Goirigolzarri, actual presidente de Bankia, una vez sea designado por el nuevo consejo de administración. El presidente, que tendrá la condición de ejecutivo, será responsable de las áreas de secretaría del consejo, comunicación externa, relaciones institucionales y auditoría interna.
Gonzalo Gortázar, por su parte, será el primer ejecutivo de CaixaBank. Reportará al consejo de administración y será responsable del resto de áreas, además de presidir el comité de dirección.
“Con esta operación conformamos la primera franquicia española en un momento en el que es más necesario que nunca crear entidades con tamaño crítico, contribuyendo así a apoyar las necesidades de familias y empresas, y a reforzar la solidez del sistema financiero”, ha destacado Goirigolzarri.
Una operación que se realiza en vistas a reforzar ambas compañías en el futuro, según ha recordado Gonzalo Gortázar. “La fusión nos permitirá afrontar los desafíos de los próximos 10 años con mayor escala, fortaleza financiera y rentabilidad, lo que redundará en mayor valor para nuestros accionistas, en más oportunidades para nuestros empleados, en un mejor servicio a nuestros clientes y en una mayor capacidad para apoyar la recuperación económica en España”, ha precisado.
Ambas entidades estiman que la operación, de la que se calculan ahorros recurrentes de costes por valor de 770 millones de euros a partir de 2023, podría cerrarse en el primer trimestre de 2021, una vez recibidas la aprobación de los consejos de administración, de los accionistas y de las autoridades regulatorias pertinentes.