El concepto mediterráneo en los anuncios de alimentación y bebidas no siempre resulta apropiado. Cerca de un 43% de los productos presentados en este tipo de publicidad cuentan con un valor nutricional bajo o muy bajo, frente a un 13,6% de anuncios cuyos artículos sí se incluyen en la dieta mediterránea.
Son las principales conclusiones del estudio elaborado por investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), que ponen en el foco los anuncios de alimentación y bebidas publicados en distintos medios y que emplean como insight el concepto de ‘mediterráneo’ como sinónimo de saludable.
Las investigadoras Mireia Montaña y Mónika Jiménez analizaron 1.219 anuncios de alimentos de 103 productos y 541 anuncios de bebidas de 109 artículos, correspondientes a publicidad difundida en prensa, revistas, televisión, radio o internet en España entre 2011 y 2020, con el fin de averiguar si los protagonistas de las publicidades estaban incluidos en la pirámide nutricional de la dieta mediterránea.
A través de su valor Nutri-Score, descubrieron que solo un 13,6% de los productos publicitados bajo el reclamo ‘mediterráneo’ tenían un valor nutricional alto. Otra 13,6% contaban con uno muy bajo y un 29,13%, bajo. Un 25,27% obtuvo un valor nutricional medio y un 19,42%, medio-alto.
Tomate frito y salsas, los productos que más emplean el concepto ‘mediterráneo’
Según las investigadoras, a la hora de analizar las palabras clave empleadas en los anuncios, se percataron de que muchos de esos productos se vinculaban a la dieta mediterránea, creando así la falsa sensación de que son saludables.
“Aunque algunos de los componentes de estos productos están amparados en el concepto de dieta mediterránea, en realidad se trata de publicidad engañosa, ya que tienen solo algún componente que forma parte de la pirámide nutricional de la dieta mediterránea”, explica Mònika Jiménez, profesora del departamento de comunicación de la UPF.
Entre los productos alimentarios vistos que más recurren a este concepto, se encuentran el tomate frito y las salsas, seguidos de sopas y precocinados. Respecto a las bebidas, el 89% que lo emplean corresponden a bebidas alcohólicas.
Es, además, una tendencia, de acuerdo a lo descubierto por las investigadoras. Si en 2011, solo seis artículos de alimentación utilizaban el reclamo ‘mediterráneo’, en 2020 lo reproducían en 20. Mismo caso en bebidas: si en 2011, ocho productos usaban este concepto, en 2020 lo hacían 16.
“Desafortunadamente, encontraremos cada vez más este tipo de reclamos publicitarios con una base incierta porque es algo que vende. Todo lo natural vende”, añade Jiménez.
Nueva regulación
De acuerdo con Jiménez, la legislación actual aplicada a publicidad no considera publicidad engañosa este tipo de anuncios. “Pero la ley de la publicidad data de los años ochenta y tiene grandes imprecisiones, además de ser muy vaga en ciertos aspectos”, señala.
Como solución, recuerdan la necesidad de aplicar una regulación más rigurosa y formar al consumidor para que este entienda las etiquetas nutricionales. «Al fin y al cabo estamos hablando de alimentos y, por lo tanto, de salud. Pero en nutrición todo es muy laxo, y no debería ser así porque una mala alimentación se traduce en camas de hospital, obesidad y enfermedad», sentencia Jiménez.