Amazon adquiere Bee, una startup de wearables con IA

La startup Bee ha creado una pulsera con IA que transcribe conversaciones y genera tareas automáticamente. Amazon refuerza así su apuesta por la IA aplicada a dispositivos personales, tras su salida del mercado con Halo.

Amazon ha comprado Bee, una startup con sede en San Francisco que ha desarrollado una pulsera dotada de inteligencia artificial capaz de grabar lo que escucha, transcribirlo y generar recordatorios, resúmenes o listas de tareas.

El dispositivo, que se vende por 49,99 dólares más una suscripción mensual de 19 dólares, puede silenciarse manualmente, pero por defecto permanece escuchando de forma continua, lo que plantea interrogantes sobre privacidad y aceptación por parte del usuario generalista.

La operación, aún no cerrada oficialmente, fue anunciada por la CEO de Bee, María de Lourdes Zollo, en un post en LinkedIn, y validada por Amazon a medios como TechCrunch. La compañía no ha revelado los términos del acuerdo, pero sí ha confirmado que los empleados de Bee se integrarán en su división de dispositivos.

Asistente personal

Bee apuesta por un modelo de inteligencia artificial embebida en el cuerpo, un enfoque que intenta ir más allá de los asistentes de voz como Alexa o Siri. El objetivo es ofrecer una experiencia menos intrusiva y más contextual, en la que el dispositivo recopila información sin intervención activa del usuario y actúa de forma proactiva: recordando citas, sugiriendo tareas o recapitulando una conversación.

Aunque Bee también ha desarrollado una app para Apple Watch, su ambición va más allá del wearable clásico: en palabras de su fundadora, quieren construir un «cloud phone», un reflejo del teléfono que permita acceder a notificaciones, contactos y mensajes sin depender del smartphone.

Privacidad: el reto inevitable

Uno de los factores decisivos para el éxito o fracaso de este tipo de productos será su gestión de la privacidad. Bee afirma que no guarda grabaciones de audio ni las utiliza para entrenar modelos, y que los datos aprendidos por la IA pueden eliminarse. También trabaja en funciones para establecer límites por localización o temas, y planea procesar información directamente en el dispositivo, sin recurrir a la nube.

Sin embargo, la integración en Amazon siembra dudas sobre la continuidad de esas garantías. El historial del grupo en materia de datos no es ajeno a polémicas: desde la cesión de imágenes de Ring a la policía sin orden judicial hasta sanciones de la FTC por acceso indebido a grabaciones. La experiencia previa de Amazon sugiere que el equilibrio entre funcionalidad y confianza será crítico si se quiere posicionar este tipo de producto a escala masiva.