Los contenidos a medida suman valor a la experiencia de usuario ante una cada vez mayor demanda de personalización en los mensajes. Gracias al big data y a la inteligencia artificial el smart content o contenido inteligente se hace posible, a pesar de que la adopción tecnológica aún suponga un freno para muchas marcas. Pero es inútil negarlo: la personalización de contenidos es lo que el usuario espera: casi un 80% de internautas a nivel mundial afirma darle más importancia a la experiencia que al propio producto. Nos lo están diciendo.
El funcionamiento se basa en un contenido dinámico que va aprendiendo de las sucesivas sesiones del usuario y que, atendiendo a sus preferencias e intereses, le va mostrando uno u otro contenido o creatividad, una mecánica que se mantiene a lo largo de todo el proceso, desde los mensajes más genéricos hasta los propios call to action, que se mostrarán cada vez con un mayor grado de personalización, en pro de que se materialice la conversión.
El smart content se basa en datos, sea personales o de navegación, por lo que puede encontrar freno en la privacidad de los usuarios. Cabe atender a los siguientes datos extraídos de una encuesta de SheerID y Kelton Global: mientras que un 40% de los interrogados aseguraron estar interesados en ofertas personalizadas, sólo el 13% de ellos se mostraba dispuesto a compartir con las marcas datos como movimientos en redes sociales o dirección de correo electrónico. Lo que parece una incongruencia sólo responde al desconocimiento de los usuarios acerca de las necesidades que subyacen a la personalización de las ofertas.
Del lado del vendedor, el obstáculo se encuentra en que el smart content requiere de inteligencia artificial, tanto para la búsqueda de nuevos segmentos de clientes, como para la personalización de anuncios en tiempo real o la medición inmediata del impacto.
El contenido inteligente o dinámico genera un mayor engagement y coloca al usuario en el funnel con mayor celeridad y eficiencia. Poner el foco en quien nos visita, en lugar de ofrecer contenidos y mensajes de “talla única”, nos hará lograr muchos mejores resultados. Está comprobado que el contenido personalizado funciona un 42% mejor que el que no lo está. No es para menos: con el smart content le estamos hablando a un usuario concreto, dándole lo que quiere o necesita y de un modo individualizado que favorece que éste tenga una percepción más cercana de la marca.
Autora del texto: Elena Lostalé, marcom manager en Kanlli.
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