Durante los últimos 30 años, el diseñador francés Fabrice Peltier ha creado más de 12.000 envases de productos de consumo y es uno de los adalides europeos por un packaging más sostenible. A lo largo de su trayectoria profesional, Peltier también ha presidido el Institut National du Design Packaging y la European Packaging Design Association (EPDA).
-Usted ha sido el encargado de presentar los resultados del estudio “El embalaje al alba de su revolución”, realizado por All4pack y la EPDA y según parece los consumidores no están demasiado satisfechos con los envases de la mayoría de los productos. ¿Cree que anunciantes y diseñadores han hecho oídos sordos a las necesidades de los ciudadanos?
El estudio muestra claramente que los consumidores, de cualquier edad, son muy exigentes en términos de funcionalidades del embalaje. Esperan que sean más fáciles de abrir y, si es necesario, de cerrar entre dos usos. También quieren que sean más legibles, especialmente para las informaciones que les parecen útiles. Ellos juzgan los embalajes del lado del usuario, y es normal, porque son los que los usan… Los anunciantes parecen tener una visión diferente.
Para ellos, el embalaje debe, ante todo, proteger su contenido, pero también debe ser una herramienta para vender y resaltar su marca para que se destaque en los estantes de las tiendas y sea atractivo para el consumidor. Además, siempre debe ser lo más económico posible, ya que se percibe como un costo que puede reducirse más y más para mejorar su margen. Mientras tanto, los diseñadores al servicio de los anunciantes parecen resignarse al admitir que proponen hacerlo mejor, pero que no siempre son escuchados, ya sea por falta de recursos o de ambición. Realmente creo que el estudio demuestra que hemos llegado al final de un modelo y al alba de una revolución.
-En su opinión, ¿qué criterios prevalecen en general a la hora elegir y diseñar el packaging de un producto?
En nuestro campo, a menudo hablamos de la pareja contenedor-contenido para definir qué es un buen embalaje. De hecho, un embalaje no existe sin el producto que contiene. Pero también, un producto no tiene razón de existir si no se consume. El embalaje es el intermediario con el consumidor y también un facilitador de su consumo. Finalmente, una vez utilizado, vacío de lo que contiene, el embalaje se convierte en un desperdicio. Además, como explico desde hace muchos años, un buen embalaje es un embalaje “armonioso”.
Un embalaje que ofrece las características correctas en todo su ciclo de vida: industrialización, logística, comercialización, uso y eliminación. Los criterios predominantes deben estar al máximo nivel en todas estas etapas que califico de “rueda de la vida del embalaje” siendo lo más económico y ecológico posible.
“Un buen embalaje es un embalaje `armonioso´, que ofrezca las características correctas en todo su ciclo de vida: industrialización, logística, comercialización, uso y eliminación”
-¿Cree que el denominado smart marketing, con la incorporación de tecnología a los envases, es compatible con el desarrollo de un packaging más sostenible?
No hablaré de smart marketing porque el estudio realizado hace dos años por el salón All4Pack ya mostró el desinterés e incluso las sospechas que este tema despierta entre los consumidores. Pero la llegada de la Inteligencia Artificial es otra cosa. Tanto los diseñadores como los consumidores no la perciben como una nueva estrategia de marketing, sino como un adelanto que podría hacer que el consumo sea más responsable. Por lo tanto, aceptan y favorecen lo que las tecnologías smart podrían aportar para luchar contra los residuos y reciclar mejor los envases usados.
-A su juicio ¿qué características tendría el envase ideal?
¡Siempre más!: más legible, más fácil de usar, más fácil de cerrar, más fácil de tirar, más fácil de reciclar.
-¿Cuáles son las tendencias de futuro más destacadas en el diseño de packaging?
¡100%! : 100% fuente biológica, 100% mono-compuesto, 100% reciclable o 100% biodegradable…