El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) es una fuente de incertidumbre para la gran mayoría de las empresas españolas. La nueva normativa, de obligado cumplimiento desde el pasado mes de mayo, les resulta demasiado compleja e incomprensible. Hasta un 78% confiesa sus dudas sobre cómo aplicar la nueva normativa, qué datos han de protegerse y que medidas de seguridad implementar. Este artículo, de marcado carácter divulgativo, puede ser de gran ayuda para aquellas compañías que todavía no hayan iniciado su adaptación a la legislación actual sobre protección de datos.
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De sesión y permanentes
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En lo que respecta a las nuevas obligaciones impuestas por el RGPD, requieren de la obtención del consentimiento y del deber de información expreso a los usuarios con el fin de garantizar que estos son conscientes del uso de sus datos personales y de sus finalidades.
Es conveniente valorar específicamente si es o no necesaria la instalación de cookies persistentes, puesto que los riesgos para la privacidad podrían reducirse mediante la utilización de cookies de sesión; en el caso de instalar cookies persistentes, debieran reducirse al mínimo necesario su duración temporal atendiendo a la finalidad de su uso.
Transparencia
Las webs deben garantizar los nuevos principios establecidos en el RGPD. En primer lugar, la transparencia informativa, facilitando la información completa al usuario con un lenguaje claro y directo, sencillo, e inteligible. Incluirán los avisos legales y política de privacidad que cumplirán las exigencias de la normativa europea y nacional. Si las páginas webs disponen de servicio de Google Analytics, incluirán claramente la aceptación de la utilización de cookies en la misma.
En segundo lugar, el consentimiento expreso y manifiesto. Las webs dispondrán de mecanismos de confirmación expresos, siempre que se requieran datos de información personal.
El usuario confirmará de manera voluntaria, libre e inequívoca el tratamiento de sus datos personales, quedando claro el cumplimiento de la normativa como regla: qué datos personales son recogidos, cómo serán tratados, cuáles son sus fines, la identidad del responsable de la gestión, el plazo de conservación de los datos, el derecho de acceso, de rectificación, de supresión, de limitación o de portabilidad de los datos o la posibilidad de presentar una reclamación ante la autoridad competente.
Y finalmente, y no por ello menos relevante, la responsabilidad proactiva que obliga a las webs cumplir con las exigencias y políticas existentes, así como adoptar las medidas necesarias para tratar los datos personales.
La información facilitada sobre las cookies en el momento de solicitar el consentimiento debe ser suficientemente completa y clara para permitir a los usuarios entender la finalidad y conocer los usos.
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Vanesa González, responsable de soporte de Aemol Consulting.