Las cifras presentadas por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 (COP28) son alarmantes: el 40% de los alimentos producidos terminan como residuos y el desperdicio alimentario contribuye entre el 8% y el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Bajo esta premisa nace el proyecto Oxicook.
Oxicook , financiado por la Unión Europea a través de la Asociación Europea para la Innovación en productividad y sostenibilidad agrícolas (AEI-Agri), tiene como objetivo reducir el desperdicio de la carne cocida loncheada envasada, asegurando su calidad y estabilidad durante su comercialización. Para lograrlo, se desarrollarán estrategias innovadoras que permitan mantener el color y frescura del producto por más tiempo, evitando así pérdidas innecesarias.
El proyecto seguirá un enfoque estructurado que incluye el análisis del mercado europeo para estudiar la situación actual de los productos cárnicos loncheados, la identificación de factores que afectan la estabilidad del color durante su tiempo de venta y la implementación de nuevas estrategias en envasado y formulación del producto. Posteriormente, se pondrá en marcha una fase piloto para evaluar la eficacia de estas estrategias y, finalmente, se compartirán los resultados con la industria para fomentar su adopción a gran escala.
Garantía de seguridad alimentaria
El consorcio que impulsa este proyecto está conformado por actores clave de la cadena de valor agroalimentaria y del sector del packaging. Empresas como Carinsa, La Selva, Monells y NOEL, junto con expertos en envasado como Enplater, TPL, Kao Chimigraf, ULMA y Multivac, trabajarán en colaboración con el Instituto de Investigación y Tecnologías Agroalimentarias (IRTA). Además, contará con el respaldo de cadenas de distribución como Bon Preu Esclat y Ametller Origen, así como el apoyo de entidades como el Packaging Cluster, Hispack y FECIC.
Con una duración de dos años, Oxicook también analizará el impacto de los nuevos sistemas de iluminación LED en los puntos de venta, buscando minimizar sus efectos sobre la estabilidad del producto. Todo ello garantizando la seguridad alimentaria, la vida útil y las características sensoriales de la carne loncheada mediante el uso de cultivos bioprotectores e ingredientes antioxidantes.