La sostenibilidad todavía no resulta un tema prioritario en compañías energéticas como BP o Shell. En el caso de esta última, se observa en el último anuncio realizado por su CEO, Wael Sawan. A saber, el abandono de sus planes para reducir la producción de petróleo cada año hasta finales de la década, y en su lugar, elevarla para aumentar los retornos a los inversores.
El máximo ejecutivo de la compañía ha informado a los inversores de su intención de mantener estable la producción de petróleo y gas de aquí a 2030. En concreto, invertirá 40.000 millones de dólares en esta área entre 2023 y 2025, y dedicará menos recursos al desarrollo de productos de bajo carbono, entre 10.000 y 15.000 millones.
El CEO de Shell desde el pasado septiembre pone así fin al rumbo que había iniciado el anterior ejecutivo, Ben van Beurden, hace dos años para alcanzar las cero emisiones netas de carbono en 2050, siguiendo las recomendaciones de la Agencia Internacional de Energía. Esta misma institución expuso en 2021 que las empresas energéticas debían dejar de crear nuevos campos de petróleo y gas de manera inmediata si se quería alcanzar ese objetivo y evitar así un desastre climático.
En concreto, la firma petrolera estableció una reducción gradual de la producción de petróleo entre 1% y 2% cada año, anticipando además una reducción natural de la demanda de petróleo.
Sobre las razones del cambio de estrategia, desde Shell argumentan que su anterior estrategia no suponía un compromiso. Y aunque persiguen reducir sus emisiones de carbono, el nuevo equipo directivo sigue considerando que la demanda de petróleo y gas continuará a largo plazo.
Respecto a este último, la propia Agencia Internacional de Energía ha informado que se prevé que se alcance el pico de demanda de petróleo a finales de esta década.