El proyecto está financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación con un presupuesto de 5,4 millones de euros. La consultora Gaiker-IK4 lo coordina.
Entre los materiales que se prevé utilizar están los polímeros de impronta molecular (MIP), que atrapan agentes que causan el deterioro de los alimentos y bebidas.
Estos polímeros serán incorporados a los envases y etiquetas y supondrán un sistema de control de la calidad de los alimentos y bebidas en tiempo real antes de su envasado, evaluando tres tipos de parámetros: bióticos, abióticos y moléculas. Cuando el MIP detecta el agente nocivo emite una señal fluorescente que permite retirar el producto.
La investigación comenzó en junio de 2010 y se espera que concluya en 2014.
Además de Mahou-San Miguel, Feiraco y Amcor, en el proyecto también participan Pescaldía, Inkoa, Irta y Nutreco.