Ya en 2011, Michael Porter hablaba en el Harvard Business Review sobre cómo el concepto de valor compartido tendría el poder de desencadenar la próxima ola de crecimiento gracias al vínculo entre la ventaja competitiva y el rol en la sociedad de una marca. Hoy, en momentos tan complejos como el que vivimos, quedan pocas dudas de cómo las organizaciones que adoptan este enfoque son las que están consiguiendo acercarse al usuario de un modo más rápido y creando lazos más profundos y leales con sus clientes.
En esencia, se trata de catalizar la innovación “con” los consumidores en lugar de hacerlo únicamente “para” ellos. Una senda creativa que supone una profunda transformación, pero de la que quizá no se haya analizado tanto cómo aplica también a los compañeros de viaje de las marcas, como por ejemplo las agencias creativas, que sin duda están directamente implicados en ella.
La pandemia ha supuesto un espaldarazo definitivo para la reivindicación y evolución de este valor compartido, que se ha convertido en protagonista de los esfuerzos de comunicación y que requiere, más allá de un esfuerzo táctico temporal, de la adopción de una filosofía de escucha y de colaboración que debe ser potenciada a lo largo del tiempo y desde muchos ángulos.
En Mi Querido Watson hemos entendido que la evolución de esta filosofía implica una creatividad inclusiva que pasa por la sencillez, la humildad, saber escuchar, integrar, para después encontrar una respuesta creativa potente que dé forma, contenido, imagen y palabra. Las ideas no tienen dueño. Son de quienes hacen la pregunta, pero también de quienes la cuestionan, y por supuesto de quienes encuentran la mejor respuesta. Entendemos que ser más creativos ya no se limita sólo a una buena idea, sino que trasciende al proceso, y las ideas deben ser fruto de la colaboración entre estrategia de negocio y creatividad, y asumiendo que la creatividad de la calle puede ser tan desafiante como cualquier concepto más global.
Es lo que nosotros hemos llamado “Cocreativity”, que no traduciríamos literal y básicamente por cocreatividad; es algo mucho más propio y que nace de nuestra forma natural de ser y actuar, como evolución de nuestro ADN para acometer con éxito los retos a los que nos enfrentamos a corto, medio y largo plazo.
Se trata pues, de potenciar el valor y la creatividad de todas las partes, añadiendo herramientas y procesos ágiles que permitan sacarles el máximo partido. Trabajando cada proyecto de manera transversal con equipos multidisciplinares que integren creatividad, estrategia y conocimiento de nuestras audiencias y canales, para no solo conectar insights, marcas y resultados, sino construir algo mucho más grande que una idea, una cultura de marca.
Aplicando la coherencia y la química de equipo, convirtiendo los procesos creativos en algo mucho más integrador, creando lazos más profundos y leales con nuestros clientes, y acercándonos a los usuarios de un modo más rápido y con proyección a largo plazo.
En Mi Querido Watson creemos en el valor compartido y hemos evolucionado para formar parte de él.
TEXTO: ISAMAR BLANCO, DIRECTORA GENERAL DE MI QUERIDO WATSON.