Sin embargo, el contrapeso viene por parte de nuestro lado racional que nos ayuda a identificar lo que es suficiente, y (aquí es donde entra en juego la crisis) por la constatación de que no es razonable pensar en un modelo sustentado en el consumismo a medio y largo plazo. Seguramente nuestro deseo de consumir se mantenga, pero desde luego estará sujeto a más parámetros que nuestros deseos e impulsos hedonistas.
Comienzan a emerger nuevos conceptos de consumo que van mucho más allá del tradicional give me two (déme dos). En EE. UU. ha surgido una organización de consumidores con el lema enough point (el umbral suficiente) que predica el consumo responsable e invita a pararse y pensar si realmente necesitamos lo que estamos a punto de comprar. El objetivo es que cada persona encuentre su propio umbral de consumo, sobrepasado el cual, un aumento sobre el mismo no incrementa su bienestar/felicidad. En este sentido, conceptos como el consumo inteligente y el low cost han sentado las bases del cambio y ayudan a que no surja la percepción de renuncia o frustración.
Algunos ejemplos de cómo las compañías están innovando alrededor de esta tendencia se centran entorno a servicios que permiten pagar solo por el consumo real en vez de tener que gestionar un activo: alquiler de coches por horas, alquiler de oficinas, alquiler de software, etc. Todas ellas permiten a individuos o empresas no tener que invertir en infraestructura y pagar a medida que usan el servicio. Por ejemplo, en Madrid la empresa Respiro ofrece alquilar coches por horas con varios puntos de recogida al igual que la empresa Streetcar en varias ciudades del Reino Unido (Londres, Cambridge, Kent, etc.).
Le invito a que reflexione sobre sus pautas de consumo y, quien sabe, quizás llegue a definir su propio umbral y ser más feliz.