Casi la mitad de las empresas españolas, en concreto el 48%, consideran que el impacto del coronavirus ha sido «muy grave», frente al 39% de las empresas del resto de Europa, según una encuesta realizada por BDO entre 244 líderes empresariales de ocho mercados europeos (España, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Noruega y Reino Unido).
Las principales conclusiones de este estudio confirman que el impacto del Covid-19 ha sido muy duro para las empresas europeas y que el apoyo de los gobiernos ha sido esencial para su supervivencia, a pesar de que el 20% de los negocios han continuado su actividad con normalidad.
En España, más del 68% de los encuestados considera que las perspectivas económicas empeorarán en los próximos seis meses, frente al 55% a nivel global. En cuanto a las previsiones de crecimiento, se han normalizado, pasando de una destacada progresión (20%) a la resiliencia y reducción de los costes (21%).
El presidente de BDO en España, Alfonso Osorio, ha subrayado que la crisis ha provocado un replanteamiento de los modelos de negocio y la necesidad de cambios significativos. «Las nuevas formas de trabajo se mantendrán a largo plazo, al menos en parte», ha añadido.
La investigación desarrollada por BDO revela que casi la mitad de los líderes empresariales europeos entrevistados consideran que su cadena de suministro es más vulnerable de lo que pensaban anteriormente. Así, más de un tercio de las empresas afirman que al menos un proveedor importante ha dejado de comerciar como consecuencia de la pandemia, y más del 50% tratará de diversificar su cadena de suministro estableciendo relaciones con nuevos proveedores.
Según BDO, tres de cada cuatro empresas creen que su plan de contingencia no anticipó muchos de los desafíos que se encontraron durante la pandemia. Por ello, el 44% de los líderes prevén realizar cambios en sus modelos de negocio y, de ellos, el 9% realizará cambios «radicales» en su estrategia.
El estudio revela además que el 56% de las empresas seguirán ofreciendo un cierto grado de teletrabajo a sus empleados, lo que, según BDO, tendrá «profundas consecuencias» en la forma en que las empresas operan, se comunican con sus equipos y fomentan el compromiso y la productividad de la plantilla.