5.000 tiendas son una enormidad; son la demostración de que hay un universo paralelo que no comparte los mismos parámetros de funcionamiento observados en el universo publicitario.
Inditex triunfa con herramientas sencillas que llevan siglos funcionando en todos los lugares; desde los primeros mercados de la Oikumené mediterránea, hasta los actuales mega centros comerciales: precios baratos que ponen a nuestro alcance un producto de alto contenido aspiracional.
La fórmula es sencilla y podemos hacer un ejercicio de costes de trazo grueso para contestar a la pregunta del millón: ¿es posible que Zara gane lo mismo en cada producto que las marcas que hacen publicidad mediante la simple resta de esos costes? ¿A que a más de uno le puede dar un soponcio?
Mientras unos y otros siguen inflando la nada con esencia de GRP y demostrando las diferentes cuadraturas del absurdo, un gallego, que sabe lo qué quiere, abre su tienda numero 5.000. Enhorabuena, señor.