DDB recrea el futuro para el Instituto BBVA de Pensiones

La agencia DDB ha recreado el futuro de cuatro personas para la última acción del Instituto BBVA de Pensiones. Un

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La agencia DDB ha recreado el futuro de cuatro personas para la última acción del Instituto BBVA de Pensiones. Un experimento social para concienciar a la población sobre la importancia de las pensiones, tal y como explica David Carrasco, director del Instituto BBVA de Pensiones: “Dos de cada tres españoles tiene un desconocimiento absoluto sobre cuál será su futura pensión. Esto significa no saber con qué medios económicos vas a hacer frente a un 25% de tu vida”.

Según Carrasco, para no acordarse del pasado cuando seamos mayores, hay que acordarse del futuro ahora”. Pero la opción de trasladarnos, aunque sea con la imaginación, a la vejez es algo complicado: “Lo vemos como algo lejano y no tenemos la necesidad de actuar cuando todavía nos sentimos jóvenes”, afirma Mari Carmen Martínez, psicóloga que ha colaborado con DDB y el BBVA en este proyecto.

Para concienciar a las personas mayores de 35 años de la importancia de ahorrar para su futuro, la agencia decidió hacer algo más que un anuncio, y optó por lo que Jose María Roca, director general creativo de DDB, describe como un “experimento”: “Un experimento real en el que conseguimos que distintas personas se descubriesen frente a un espejo con 40 o 50 años más, en edad de jubilación. Una idea que busca destacar el hecho de que no nos acordamos de algo importante en nuestras vidas: nuestro futuro”.

Se seleccionaron cuatro personas reales, sin formación como actores o modelos, que se prestaron a participar en la acción sin saber realmente en qué consistía. Tras una sesión de tres horas de maquillaje (realizado por profesionales de cine) para caracterizarlos como ancianos, y sin verse en ningún momento en el espejo, se pusieron delante de la cámara y contestaron con naturalidad a preguntas triviales sobre sus aficiones o lo que les gustaría hacer en la vida, sin darse cuenta que hablaban como una persona de 40 cuando tenían el aspecto de una de 80.

Al final pudieron mirarse en el espejo. Todo el proceso está grabado para recoger las reacciones y emociones de los participantes, y con ese material se ha editado un vídeo.