Para los interlocutores de las agencias el nivel de servicios que ofrecen los proveedores en España es, en términos generales, bastante bueno y aceptable. Sin embargo hay profesionales como Estrella Díaz, directora general de Staff Eventos, que estiman que este nivel “no es lo suficientemente amplio como nos gustaría que fuese”.
Díaz, reconoció que todavía existe cierto grado de intrusismo entre la parte de los servicios y la de agencias. A su juicio, es necesario aprender a canalizar la labor que cada uno realiza en esta relación y sentar las bases para diferenciar “cuál es el papel de cada parte y cómo nos podemos complementar.”
Por su lado, Gonzalo Lanza, director de cuentas de Divertia Smile, puso el dedo en la llaga en el tema de la creatividad. Desde su punto de vista, hay proveedores que no abordan los proyectos con el flujo de ideas que debieran. “A la hora de pedir soluciones innovadoras o un poco distintas a las habituales es cuando notamos la falta de creatividad.”
Asimismo Lanza se quejó de la dificultad que significa pedir ideas que se salgan de lo puramente estandarizado. “A veces supone un quebradero de cabeza para los proveedores o se limitan a ofrecer soluciones muy simples”, asegura. Un punto de vista que no fue compartido por Carlos Vaz, responsable de marketing de Decoraplant, empresa especializada en alquiler de plantas y decoración vegetal para eventos. Bajo su criterio hay ocasiones que no se puede pedir a los proveedores lo que la creatividad exige, porque, si nos demandan un naranjo con fruta en el mes de agosto, difícilmente se lo podremos conseguir”. Por este motivo el responsable de marketing de Decoraplant cree que los proveedores podrían tener una importante labor informativa a la hora de explicar a las agencias qué se puede o no se puede hacer en cada momento. Al fin y al cabo ellos son los expertos.
En esta misma línea, Juan Luis González, product manager de Grupo Zon, criticó la actitud de algunas agencias que venden al cliente final una creatividad que no se corresponde con lo que verdaderamente éste está dispuesto a gastar. Por esta razón, para evitar malentendidos, González se mostró partidario de establecer criterios que permitan equilibrar la creatividad con los presupuestos reales de los clientes, “porque las ideas tienen un precio”, recordó.
Profesionalidad, eficiencia Y calidad. Los responsables de las agencias asistentes al desayuno de trabajo no se mostraron del todo de acuerdo con estas afirmaciones. Para la directora general de Staff Eventos, las creatividades carísimas e irrealizables son cosas del pasado. “Hace años sí ocurría, pero ahora no. Sucedía por el desconocimiento de la comunicación en directo que tenían los propios creativos. En estos momentos somos muchas las agencias que disponemos de una estructura fija, con una plantilla de creativos especializados y, por tanto, es difícil que diseñemos algo que no se pueda materializar. Actualmente es posible hacer eventos creativos y rentables para el cliente y que a la vez sean realizables por parte del proveedor”.
A la hora de hablar de creatividad Manuel Moyrón, director de cuentas de EDT Eventos, apostó más por una visión práctica y no tanto por la parte artística y teórica. “La creatividad más importante en estos momentos de crisis económica que tenemos que reclamar a nuestros proveedores es la que tiene que ver con la eficiencia, la eficacia y la calidad del servicio. Una calidad que nos ayude a rebajar costes y ofrecer a los clientes productos y servicios”.
A juicio del director de cuentas de EDT Eventos esto no es óbice para que las agencias no se muestren deseosas de contar con proveedores creativos “que les ayuden a la hora de montar un evento o a poner en marcha una acción con ideas. Lo que ocurre es que somos nosotros quienes tenemos que aportar las ideas y los proveedores han de actuar con profesionalidad, eficiencia y unos estándares de calidad adecuados”.
Precisamente la recesión económica está obligando a todas las empresas a agudizar el ingenio y ser mucho más competitivas. “Ahora hay más comerciales enseñando nuevos productos y ofreciendo servicios que antes, o no existían, o no te los mostraban. La crisis está volviendo a los proveedores mucho más creativos”, reconoció Ana Grandía, vicepresidenta de Global Events.
Atención a la bajada de
precios. Además de la creatividad y el desarrollo de nuevas ideas, la crisis supone un acicate para aumentar la competitividad entre las empresas. Una rivalidad que se manifiesta en todos los aspectos. “Se aprecia una mayor agresividad, porque hay empresas que se hallan en la cuerda floja y están agotando todas sus posibilidades”, advirtió Sergio Palomar, director comercial de Ingenia.
Palomar aseguró que las empresas han entrado en una espiral de bajada de precios que puede resultar muy peligrosa a la larga. “Nosotros no trabajamos con materia prima, sino con personal, y el margen es muy reducido”, aseguró.
También Elena Ruiz Mateos, directora de marketing de Sanca, mostró su preocupación por la deflación de los presupuestos. “El margen no tiene que reducirse a unos niveles insignificantes, porque, si no, acabaremos compitiendo únicamente por precio. Detrás del servicio que ofrecemos hay unos valores, un saber hacer. Y esto, de alguna manera, tenemos que repercutirlo al cliente”, justificó.
Estrella Díaz suscribió la posición de la directora de marketing de Sanca y añadió que “las empresas que están bajando los precios no son precisamente las mejores. Es más, con su postura están haciendo un flaco favor al sector”.
La otra cara de la moneda, según Joao Matos, subdirector general de La Vida es Bella, viene dada por la diversificación. En el caso de las cadenas hoteleras, explicó que se aprecia un cambio en la manera de enfocar el negocio. “ Los hoteles han dejado de ser esos portaviones en los que el cliente aterrizaba, dormía y desayunaba. Ahora comienzan a desarrollar un concepto de ocio mucho más amplio. Y eso, a la hora de organizar un evento, puede ser algo muy importante”.
La crisis ha hecho que empresas como Lunatus, especializada en la integración de proyectos en el sector de la cultura, el ocio y el entretenimiento, entiendan que la diversificación es la mejor manera de encarar la coyuntura económica que vivimos. “Hemos diversificado la compañía en tres sectores. Uno de ellos dedicado al evento puro y duro; otro, a los pabellones de exposiciones universales, y el último, a museos y exposiciones”, dijo Emilio Roca, director general de Lunatus. De esta manera, la empresa puede mantener la misma estructura y equipo. Porque son precisamente las empresas que se encuentran dotadas de un gran número de personal las que más problemas pueden llegar a tener a la hora de capear la crisis.
“De una u otra manera, las compañías que más están sufriendo son las que cuentan con un equipo en sus filas”, aseveró Alfonso Moreno, de la dirección de proyectos de SCP Creación y Producción de Eventos. Desde su punto de vista, el principal reto que tienen las empresas de eventos ahora mismo es mantener en su sitio a los profesionales que ya tienen formados y que conocen bien la cultura de la empresa. “Reemplazar un foco es fácil, pero encontrar personal es una tarea muy costosa”.
Demora en los pagos. Las actuales circunstancias del mercado también están obligando a las empresas a adoptar políticas de flexibilidad a la hora de ofrecer servicios, moderar precios y hasta aceptar condiciones de pago a medio plazo. Precisamente este último aspecto es uno de los que más preocupa a agencias y proveedores ante la las dificultades que existen a la hora de acceder a la financiación bancaria.
Los interlocutores del sector se quejan de que la dilatación de los pagos se ha convertido en moneda de uso corriente por parte de los clientes, que pueden llegar a tardar hasta seis meses en hacerlos efectivos. “Y con los problemas que hay en estos momentos es insostenible, porque las líneas de crédito se han agotado y muchas empresas necesitan financiación para poder continuar trabajando”, denunció el director de cuentas de EDT Eventos.
La vicepresidenta de Global Events reconoció asimismo que los clientes en cuanto pueden prolongan el pago de los emolumentos. Una política que acaba afectando a toda la cadena de suministro, ya que a su vez las agencias tienen que atrasar los pagos a los proveedores.
Algunas empresas proveedoras se muestran comprensivas pero insatisfechas ante estas políticas. “Entendemos que las facturas que se tienen que pagar a 90 días se alarguen a 120 o más, pero lo que no puede ser es que el proveedor se convierta en la financiera del cliente final. En nuestro caso concreto, dependiendo del montante del presupuesto, no nos conviene aplazar los pagos mucho tiempo. Sería distinto si se tratase de un trabajo de gran envergadura. En este caso a lo mejor nos la podríamos jugar y pedir una línea de crédito”, explicó el product manager de Grupo Zon.
Para otras empresas esta benevolencia no entra dentro de sus planes de negocio. Juan Martínez, de la delegación madrileña de Hurtan, se mostró muy combativo al respecto. Quien ofrece un servicio exclusivo