Temas relevantes no faltan: movimientos en el mercado publicitario, relación cliente-agencia, modelos de compensación, creatividad y el largo etcétera. Pero, volviendo de vacaciones, en lo que más pienso estos días es: “qué suerte tengo” y “viva el sistema sanitario español”.
Creo que los profesionales que nos dedicamos a la comunicación somos privilegiados. Y los que trabajamos con la salud, todavía más. Tenemos la suerte de poder abordar desde la concienciación sobre hábitos saludables hasta el nuevo fármaco que hará que se salve un paciente.
Gracias a las vacaciones en mi país, Brasil, ahora veo clarísimamente que con este privilegio, viene una gran responsabilidad. Allí, pude vivir en primera persona las enormes diferencias en cuanto a cuidado y manejo de la salud. Ver que el factor precio es un criterio crítico a la hora de decidir una cirugía… Que de los 12 fármacos que tiene que tomar una persona, sólo le cubren uno… Pero el gran catalizador fue enterarme de que el fármaco que le dieron a la presidente del país para tratarle el cáncer, no está aprobado para el resto de pacientes.
Vuelvo plenamente consciente del gran valor de nuestro sistema sanitario español. Y como profesional de la comunicación en salud, de mi responsabilidad con su sostenibilidad y su defensa.