La marca AVE no había sido renovada desde su creación. Con estos nuevos cambios, la identidad visual se adapta también para continuar siendo una marca moderna y actual.
El trabajo de Trupp ha consistido en el restyling o renovación de la imagen existente hasta la actualidad. En ella se recoge lo construido a lo largo de los años, siendo al mismo tiempo coherente con su nuevo posicionamiento de marca. De la misma forma que el propio AVE, y las personas usuarias, la marca que lo identifica también mira al futuro, sin olvidar de dónde viene, su origen, pero con los ojos puestos en su destino.
La marca mantiene el énfasis en la letra central de la marca, la “V”, que se presenta como metáfora de la confluencia de caminos, de personas, de experiencias, de encuentros, etc., manteniendo así viva la esencia de la marca primigenia. Respecto a los colores, además de aportar todos los valores positivos asociados a Renfe, también refuerzan y se asocian con distintos conceptos como seguridad, responsabilidad, confianza, servicio, profesionalidad, flexibilidad…
El concurso para la renovación de la imagen coincide con el 30º aniversario de la puesta en circulación del primer AVE entre Madrid y Sevilla.