Toyota ha puesto fin a la fabricación de sus vehículos en Rusia. Tras suspender sus operaciones el pasado 4 de marzo como consecuencia de los problemas vistos en la cadena de suministro a raíz de la guerra en Ucrania, la compañía ha decidido cerrar su fábrica de San Petersburgo. Continuará, no obstante, apoyando la venta de sus vehículos en el país que dirige Vladimir Putin.
Según ha anunciado la compañía a través de un comunicado, Toyota ha decidido cerrar la planta que posee en San Petersburgo debido a que “las circunstancias actuales” no permiten retomar la actividad normal de la fábrica.
El pasado 4 de marzo, la firma japonesa decidió suspender las operaciones de dicha planta por la interrupción del suministro de materiales y componentes clave, como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania. “Desde entonces, hemos monitorizado de cerca la situación y hemos evaluado la sostenibilidad futura de nuestro negocio en Rusia”, informan.
En este tiempo, la compañía ha retenido la plantilla y ha intentado asegurar las instalaciones para reiniciar la producción cuando las circunstancias lo permitieran. Sin embargo, seis meses después, “no hemos sido capaces de retomar las actividades y no vemos indicios de que podamos volver a empezar en el futuro”.
A pesar del cierre de su fábrica, la firma de automoción continuará su negocio retail en el país que dirige Vladimir Putin, aunque se encuentran sopesando cómo. “Nuestras operaciones en Moscú deben optimizarse y reestructurarse con el objetivo de retener una organización eficaz para seguir apoyando la red comercial y proporcionando servicio a los clientes actuales de Toyota y Lexus en Rusia”.