La revolución tecnológica está transformando nuestras vidas hasta extremos insospechados. En un contexto como el actual se hace necesario acercar la tecnología a las personas porque el conocimiento es la única vía para potenciar los aspectos positivos de esta nueva realidad, tal y como reflexiona Albert García Pujadas en el siguiente artículo.
« Según afirma Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del World Economic Forum: “Estamos al borde de una revolución tecnológica que fundamentalmente alterará nuestra forma de vivir, trabajar y relacionarnos. Por su escala, alcance y complejidad, la transformación será diferente a todo lo que el género humano ha experimentado antes”.
A nadie se le escapa que esta situación tiene consecuencias positivas y negativas, y la única herramienta que tenemos para minimizar los aspectos negativos y potenciar los positivos es el conocimiento.
Gracias al mundo digital, ahora tenemos acceso y podemos compartir unos recursos impensables hace unas cuantas décadas. La potencia del mundo digital (bits) se multiplica cuando la conectamos e integramos al mundo físico (átomos).
Un ejemplo de ello es el movimiento maker, en el que se trata el mundo físico (átomos) como el mundo digital (bits) utilizando las TIC (tecnologías de información y comunicación) para revolucionar la forma en la que fabricamos objetos materiales.
La adaptación a este contexto no es fácil. Los cambios siempre generan oportunidades y miedo, y ahora los cambios son más constantes y fluctuantes que en cualquier otra época. Adaptarnos no significa dejar que alguien externo decida cómo será nuestra vida, sino que mediante el conocimiento y el pensamiento crítico podamos dibujar un futuro aprovechando las “brechas” de oportunidades que permite el mundo digital, conectado, en red y distribuido.
La herencia del software libre
Esta forma de reconstruir y reimaginar la realidad del mundo físico es herencia de la cultura del software libre: una ética –la hacker– que busca la creatividad, el poder horizontal, la pasión en lo que hacemos y la colaboración y compartición. Por naturaleza, la ética hacker busca replantear y rehacer la realidad, con una clara voluntad de mejorarla.
Los ordenadores nos ayudan a tener mejor memoria e Internet nos permite acceder al conocimiento ilimitado. La aceleración que ha generado la famosa ley de Moore ha terminado actuando como factor multiplicador de la tecnología. La progresiva digitalización nos lleva a un mundo hiperconectado. La computación es cada vez más ubicua y hay capacidad de almacenamiento de información casi ilimitado para todos.
Teóricamente avanzamos hacia un mundo con igualdad de oportunidades en el que acceso al conocimiento puede ser igual desde cualquier lugar del mundo y con menos fronteras. No obstante, también caminamos hacia un mundo más competitivo. Sabemos que la tecnología no tendrá los mismos efectos positivos para todos: la informatización conlleva la desaparición de puestos de trabajo, un fenómeno que no se detiene y que todavía no ha tocado techo. O por poner otro ejemplo, los conflictos derivados de la privacidad o la seguridad.
Pese a todo, la curiosidad sigue moviendo el mundo. Y esta es la esencia de nuestra “lucha contra la caja negra”, es decir, de evitar que un día nos demos cuenta de que no entendemos el mundo en que vivimos, y de que somos esclavos de las decisiones de los demás. Y solo podemos aceptar y pagar, porque alguien decidirá qué tecnología tengo que pagar y cuando debo hacerlo.
En este contexto, se hace cada vez más necesario acercar la tecnología a la gente y a las empresas a través de conceptos y disciplinas —indispensables en muchos casos— como son la seguridad, la programación, el Internet de las cosas y/o el hardware abierto. Por esta razón, Foxize ha diseñado un programa de Empoderamiento tecnológico para no tecnólogos que pretende acercar la tecnología a las personas.
¿Pero cómo afecta cada una de estas disciplinas a las personas en su día a día?
Seguridad: El uso de las TIC, la movilidad, la nube, y la continua innovación en productos, servicios y técnicas en estos ámbitos ofrecen sin duda grandes ventajas en productividad y oportunidades. Pero también abren nuevas puertas a riesgos, a ser víctimas de ataques o a perder información que puede ser crítica para la continuidad de nuestro negocio o para la privacidad personal o familiar. Por ejemplo, ¿qué ocurre si mañana pierdes, te roban o se estropea tu ordenador? ¿Hay copias de seguridad? ¿Dónde? ¿Quién puede acceder a ellas? ¿Tienes las contraseñas apuntadas en un fichero o papel? ¿Contiene tu ordenador información sensible sobre clientes, pacientes o proyectos?
Programación: Aprender a programar es una habilidad básica para los profesionales del siglo XXI. No es necesario ser programador, pero entender cómo funciona el código es fundamental para comprender cómo funciona el mundo digital.
IoT/Hardware abierto: En 2020 existirán más de 13 millones de objetos conectados, según Gartner. Raspberry Pi es una propuesta de hardware abierto (opensource) que simplifica al máximo la funcionalidad de una computadora. ¿El objetivo? Conseguir una herramienta que conecte cualquier cosa a Internet.
Hardware abierto/Arduino: Entender Arduino, la plataforma electrónica de código abierto basado en un hardware y software fácil de usar, abre un mundo con infinidad de posibilidades a todo aquel que quiera desarrollar sus propios proyectos DIY (Do it youfserlf). Desde un sencillo LED que se enciende y se apaga, hasta un drone controlado mediante el móvil, pasando por el bricolaje, la domótica o la jardinería. »
Sobre el autor Albert García Pujadas es cofundador y CEO de Foxize, escuela experta en digital & negocios con sedes en Barcelona, Madrid y Valencia. Vivió la prehistoria de Internet en España como director de marketing del Grupo Intercom, fue socio fundador y director general de Ogilvy Interactive España, director de marketing en eresMas y CEO de Nikodemo Animation, más conocida por el público como los creadores de Cálico Electrónico. |