Los retos de las agencias de eventos respecto al talento y a la gestión de equipos se mostraron en la última edición de AEVEA&Co, el evento insignia de las Agencias de Eventos Españolas Asociadas (AEVEA) celebrado en Espacio Malinche, en IFEMA de Madrid el 4 de julio.
Los profesionales que acudieron a la cita han podido conocer las claves para atraer, cuidar y retener a trabajadores más exigentes dentro de una industria cada vez más profesionalizada, tal y como explicó César González, presidente de AEVEA. “El sector de los eventos se encuentra en un momento vital, en el que nos toca reivindicar el papel esencial que jugamos dentro de las estrategias de marketing de las marcas. Actualmente, asumimos nuevos y más complejos retos, con una firme determinación de posicionarnos como un sector clave de la actividad económica de nuestro país y de su proyección internacional”.
Jordi Alemany, formador, conferenciante y escritor, compartió con los asistentes su visión del ‘liderazgo imperfecto’, impulsado por la pandemia de coronavirus, que “supuso un punto de inflexión entre el talento más desgastado, cuestionando afirmaciones históricas y autocráticas que no contemplaban un cambio en las condiciones de las personas”.
De acuerdo con Alemany, flexibilidad, confianza y autonomía son los elementos que más valoran los jóvenes a la hora de trabajar. “Como sector tenemos que estudiar cómo podemos dárselos para dotar a su labor de un significado y un para qué, que haga mucho más difícil tomar la decisión de marcharse de una organización”.
La psicóloga Carolina López-Ibor explicó cuatro factores estructurales que definen al sector de los eventos. El alto rendimiento que se espera de cada una de las personas que lo forman, con la exigencia de aportar de manera constante el 100% de cada uno; la disponibilidad constante tanto para clientes como para proveedores; un sistema de recompensas engañoso, que resta importancia a los logros y pone el foco en los fallos, propiciando la desmotivación y la frustración de las personas; y la alta competencia de las empresas del sector, lo que implica una necesidad de reinvención constante.
“Es utópico pensar que la forma de trabajar cambiará en un corto plazo, pero sí podemos comenzar a favorecer el cambio a través de las decisiones que tomemos en el día a día. Para ello, necesitamos incluir el concepto del duelo en nuestros métodos de trabajo, lo que nos permitirá gestionar mejor las emociones derivadas de las oportunidades que perdamos, afrontar las que sí hemos podido gestionar de manera ilusionante lo que, en definitiva, nos permitirá estrechar las relaciones de las personas en nuestros equipos”, expuso López-Ibor.
Motivar el talento
El evento también abordó la realidad actual del sector en todas las áreas de la gestión de personas, analizando las principales dimensiones de la Gestión del Talento.
En este sentido, Javier González, socio director de Unomásdos, comentó los resultados del estudio de clima del sector elaborado junto a AEVEA. Según el estudio, aquellos aspectos que los profesionales que forman parte del sector del marketing experiencial valoran de manera positiva son, entre otros, la imagen corporativa (85%), la relación interpersonal (81%), el estilo de dirección (72%), la comunicación interna (72%) y la auto realización (68%). Por su parte, aquellas áreas que califican como mejorables son la formación (50%), seguido de las condiciones de trabajo; destacando conciliación (59%) y retribución (56%) como áreas a potenciar.
De igual modo se plantearon distintas soluciones para profesionalizar la atracción y retención del talento. Cristina Salvador, presidenta de Both People&Comms, dio a conocer algunas de las claves para motivar el talento, entre las que destaca el engagement. “Necesitamos organizaciones donde haya un liderazgo que despierte a otros líderes, personas que sean capaces de dar una visión y crear ese horizonte organizativo”, señaló Salvador.
“Además, es necesario conocer el impacto que generan las empresas, así como qué hacen y para qué, algo que tiene mucho que ver con la sostenibilidad, sin olvidarnos de empoderar a las personas, haciéndolas partícipes y protagonistas de la actividad de la compañía. Hay que dar espacio desde el equipo, para expresar tanto las emociones buenas como las malas, todo ello desde la confianza”, expuso.