Legales, fiscales, administrativas…los emprendedores españoles tienen que sortear todo tipo de trabas que convierten a España en un país poco amigable para las startups. Así lo cuenta Isanami Martínez, presidenta de la Asociación Española de Startups, en el siguiente artículo.
« En noviembre de 2015 pusimos en marcha la Asociación Española de Startups, de la que soy presidenta. ¿Y por qué pensamos que esta asociación es necesaria? En la llamada economía digital han surgido empresas innovadoras, tecnológicas y con un gran escalabilidad, lo que denominamos startups, que tienen la capacidad de crear empleo y riqueza para nuestros países.
Sin embargo,ahora mismo España no es un país para startups. Nos encontramos con numerosas trabas legales, fiscales, administrativas y culturales que hacen que mucho de nuestro talento decida emigrar a otros mercados más favorables, habitualmente Reino Unido, Alemania o Estados Unidos. Nosotros creemos que España no puede permitirse esta realidad y por eso trabajamos para mejorar éste ecosistema.
Actualmente se calcula que en España hay unas 5.000 startups y scaleups (es decir,
startups que ya han consolidado su crecimiento) y que suponen más de un 3% del producto interior bruto. Según datos de la Comisión Europea, son este tipo de empresas los que están generando la mayor parte de puestos nuevos de trabajo en Europa. En una encuesta reciente realizada por StartupExplorer a las 500 mayores startups españolas, conocimos que éstas esperan en 2016 crear más de 7.000 nuevos puestos de trabajo y facturar unos 920 millones de euros, datos nada desdeñables para empresas que habitualmente no tienen más de 5 años de antigüedad.
Como ante todo lo nuevo, hay un gran desconocimiento y también cierto oportunismo. Las startups tienen características diferenciales del resto de empresas tecnológicas y de otras pymes, derivadas de su carácter experimental, el hecho de que nacen para ser globales o la necesidad de financiarse de una manera rápida y flexible para cumplir las exigencias de escalabilidad. En un mundo lleno de ayudas, concursos y premios para startups, pocas de estas iniciativas profundizan más allá de la moda y se preocupan por responder realmente a las necesidades de éstas empresas.
Con todo, 2015 ha sido un buen año para el ecosistema de las startups españolas: pese a las dificultades administrativas hemos conseguido captar capital extranjero; ha crecido el número y la cantidad de las inversiones hasta superar los 500 millones de euros y Google ha creado su Campus en Madrid, lugar que está colaborando a mejorar el sentido de comunidad y la calidad de los eventos.
Por eso creemos que es el momento para poner en marcha la Asociación: estamos acercándonos a la madurez del sector y es hora de unirnos para reivindicar nuestro papel en la economía española. Ya tenemos un buen número de casos de éxito españolas como CartoDB, Job&Talent, Cabify o Wallapop que no sólo nos permiten aprender de ellos, sino que dejan claro la potencialidad de la economía digital.
En España, tenemos diversos retos que abordar: mejoras fiscales para emprendedores e inversores, acceso a contratos con la administración, conseguir que el concepto de startup sea entendido con sus especificidades o lograr mayor flexibilidad en las obligaciones de los autónomos que permita el desarrollo de la innovación y la economía colaborativa.
Además, durante el bienio 2016-2017 la Comisión Europea ha establecido como una de sus prioridades la creación de un mercado digital único para todos los países que formamos la Unión Europea. Se tratarán temas como la neutralidad en la red, la normativa de los derechos de autor o la regulación de las plataformas online. Es el momento de trabajar para conseguir que la nueva legislación no ponga zancadillas al desarrollo de las startups españolas y europeas. ¡Éste es nuestro reto!»
Izanami Martínez, presidenta de la Asociación Española de Startups
