Días después de participar junto a otras 14 empresas europeas en una carta conjunta dirigida a los ministros de finanzas de la Unión Europea, Spotify ha cumplido con una de las advertencias recogidas en la misiva, la de repercutir el Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales (IDSD) en el precio final dirigido al consumidor.
Según ha ido informando la compañía a sus usuarios con una cuenta de pago, cada uno de los planes de suscripción de Spotify ha elevado su precio mensual entre un 10% y un 20%. Así, la tarifa Premium Individual, pasa de los 9,99 euros al mes a los 10,99 euros; la de Premium Duo, de 12,99 euros a 14,99 euros; la tarifa Premium Familiar, de los 14,99 euros a los 17,99 euros; y el plan Premium Estudiantes, de 4,99 euros a 5,99 euros.
Sube el precio, pero no cambia las condiciones. En todas ellas declara que se continúan ofreciendo música sin anuncios, en cualquier lugar y con reproducción a la carta. También mantiene el modelo gratuito con anuncios.
Los nuevos cambios afectan a los más de 200 millones de suscriptores premium con los que cuenta la plataforma de audio en streaming. Y se aplica en los siguientes países: Andorra, Albania, Argentina, Austria, Australia, Bosnia y Herzegovina, Bélgica, Bulgaria, Brasil, Canadá, Chile, Chipre, Colombia, Costa Rica, Dinamarca, Ecuador, España, Estonia, Finlandia, Francia, Reino Unido, Grecia, Guatemala, Hong Kong, Croacia, Indonesia, Irlanda, Israel, Islandia, Italia, Lituania, Luxemburgo, Letonia, Mónaco, Montenegro, Macedonia del Norte, Malta, México, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Perú, Portugal, Serbia, Suecia, Singapur, Eslovenia, Eslovaquia, San Marino, Tailandia, Turquía, Estados Unidos y Kosovo.
Repercute el IDSD
La medida llega poco tiempo después de que Spotify y otras 14 empresas europeas – entre ellas Just Eat, Glovo o Zalando-, enviaran una carta a cada ministro de finanzas de la Unión Europea para buscar una solución global que ponga fin a los Impuestos sobre Determinados Servicios Digitales (IDSD).
Unas medidas fiscales que, a su juicio, son “unilaterales y discriminatorias”, que suponen un “perjuicio sustancial” para “crecer, invertir, innovar y crear empleo”, ante el hecho de que estos tributos “gravan los ingresos brutos, no los beneficios, y se aplican independientemente de la rentabilidad de la empresa”. Además de que “el IDSD no suele ir acompañado de métodos para evitar la doble imposición o para compensar con otros IDSD u otros impuestos pertinentes, lo que da lugar a una fiscalidad multicapa”.
En los actuales términos, señalan, “los precios al consumidor podrían aumentar, ya que podrían verse obligadas a repercutir estos costes a los usuarios”.