Sobre el talento y el emprender

Sin embargo el talento es un activo que hay que desarrollar, que debemos regar para que florezca, que debemos incentivar

Sin embargo el talento es un activo que hay que desarrollar, que debemos regar para que florezca, que debemos incentivar para que dé sus rendimientos, para que sea rentable.
¿Cuál es, pues, la semilla del talento? Quizá es la acción y la vocación de las personas en compartir, en ser solidarios, en emprender acciones que sumen, acciones que refuercen a uno mismo y a la sociedad, a la comunidad, acciones que conjugan los verbos saber, observar, implicar, ayudar, multiplicar, aprender y emprender. Incentivar el talento es nuestra responsabilidad pero compartirlo también.

Voy aprendiendo con los años que no hay crisis, solo cambios, o que las crisis son cambios, o que las crisis son faltas de un talento deficientemente orientado. Cuando falta la solidaridad, cuando el egoísmo y la codicia aparecen como forma de vida de algunos, cuando lo importante es el yo y no el nosotros, luego la crisis aparece en nuestras vidas y pagan por ello culpables e inocentes. Las vidas no están en crisis, el mundo no está en crisis, el universo no está en crisis, sino que vive en armonía con los cambios. La gestión del cambio, la dualidad entre lo conocido y lo por conocer, es algo en que todos debemos ocupar, al menos, parte de nuestro tiempo.

Algunos ocupamos parte de nuestro tiempo a la NEEC, Nuevos Empresarios y Emprendedores de Cataluña, y lo dedicamos a favorecer el talento. En la NEEC nos mueve la vocación por trabajar en red, por fomentar la solidaridad entre personas de talento, imaginativas, observadoras, inquietas que generan oportunidades y las brindan a los otros para que, sumando, éstas sean mayores, para que los retos sean compartidos y para que sus propias capacidades sean potenciadas. Por ello hemos emprendido nuestro propio proyecto Ineeciativa.cat, una plataforma que quiere dar oportunidad a todas las personas, digitales y analógicas, con tres carreras universitarias o con (y sin) oficio, pero con talento.

En un momento en que los indicadores están al rojo vivo, que la tendencia del consumo está por los suelos, que el futuro, en términos de pasado, es incierto e indeterminado, la falta de confianza en nuestro país es evidente y que los cambios se suceden a toda velocidad, sólo queda aferrarse a la innovación, al cambio, a la mejora, al trabajo en equipo, a la solidaridad, a la buena gestión de los recursos. Del mismo modo que ahorrar no significa desinvertir o invertir menos, que gestionar bien no significa paralizarse por no errar, debemos emprender y emprender, identificar y reinterpretar aquellos modelos ya obsoletos y fijar el rumbo al conjunto de la sociedad, del planeta, recuperar aquello de la “aldea global” y empezar por la casa de cada uno.

Hemos construido herramientas que tan solo unos cuantos años atrás solo podían aparecer en sueños, tenemos la capacidad de acelerar cualquier decisión y debemos aprovecharlo. Debemos invertir en las ideas, en los jóvenes, debemos ser solidarios, no evaluar con prejuicios, sino impulsar, facilitar la generación de nuevos jugadores, educar y formar, inculcar esfuerzo, tenacidad, resistencia ante los inconvenientes y así, cuando queramos, no cuando quieran (si están o existen), sino cuando queramos nosotros, saldremos adelante. Porqué emprender es talento, talento es saber identificar oportunidades y saber ejecutarlas. No faltan empleos, faltan empresas, debemos fomentar la solidaridad entre los empresarios, compartir estrategias, recursos, brindarlos a los demás para sumar y lograr que el éxito sea una meta de todos.

Sobre los activos, debemos cambiar el modelo. El activo ya no es tangible, es intangible; demostrable, palpable, duradero, pero centrado en las ideas, en la generación de nuevos modelos. El cambio debe tomar sentido, debe ser relevante, el dinero debe dejar paso a la ilusión, que las administraciones dejen paso al gobierno de lo por descubrir, la banca deje paso o simplemente quiera ser uno más del equipo, donde los grandes dominantes divulguen las bases de la creación, donde las universidades enseñen y formen base a generación de resultados por el propio pensamiento y autoanálisis, donde la responsabilidad por el entorno y por los seres que lo habitan sea la principal prioridad.

Nuestro propósito es llenar de contenido la emprendeduría y para ello necesitamos valores sociales, inspiración, participación y talento.

(*) Oriol Brutau es presidente de NEEC (Nous Empresaris i Emprenedors de Catalunya).