“Sin miedo a brillar”, la campaña con la que regresa Gusyluz

Moltó celebra los 40 años del icónico muñeco con una propuesta que revaloriza el juego como espacio de conexión emocional y crianza consciente.

La campaña “Sin miedo a brillar” marca el regreso de Gusyluz, el muñeco que acompañó el sueño de toda una generación, y lo hace con una mirada renovada sobre el valor emocional del juego. En su 40.º aniversario, la empresa Moltó lanza una serie de iniciativas pensadas para las familias de hoy, que buscan juguetes con significado, capaces de generar seguridad, ternura y conexión.

Más que una simple acción comercial, la campaña se erige como un homenaje a la infancia sin miedos y a los vínculos que se construyen en los rituales cotidianos, especialmente a la hora de dormir. Entre las propuestas destacan un cuento nocturno luminiscente que acompaña el momento de acostarse, una edición limitada coleccionable del muñeco y una línea especial para adultos que reivindica la luz propia como símbolo de autenticidad.

“Gusyluz es mucho más que un juguete: es un icono, un puente emocional entre generaciones. Su relanzamiento representa nuestra forma de entender la crianza actual, que combina ternura, diseño y funcionalidad”, afirma Javier Puig Moltó, director de marketing de la compañía, que este año celebra también su 70º aniversario.

Este retorno no responde únicamente a la nostalgia. A día de hoy, muchas familias están optando por volver a lo esencial: rutinas seguras, juegos no sobreestimulantes y una crianza más consciente. En ese marco, Gusyluz cobra un nuevo sentido como aliado en la creación de hábitos de sueño saludables y espacios de calma emocional.

Crianza más consciente

Según datos del Observatorio del Mercado del Juguete de AIJU para la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), el 93,3 % de los padres considera que los juguetes son herramientas de aprendizaje. Además, un estudio reciente de ALDI indica que más del 80 % prioriza que estos transmitan valores adecuados.

En este escenario, Gusyluz regresa no solo como un entrañable recuerdo del pasado, sino como una propuesta emocionalmente relevante: un recurso simbólico para enseñar a dormir, sentirse seguros y, como reza su campaña, brillar sin miedo. Una apuesta por criar con ternura en tiempos que lo necesitan más que nunca.