Cuestiones como los controles de acceso, la revisión de los equipos contra incendios, la disposición de servicios médicos o contar con un plan de contingencia, son de vital importancia cuando se quiere garantizar la seguridad de un evento.
La prioridad de los organizadores de eventos es evitar cualquier riesgo por mínimo que sea. Hay actos que, por sus características o su tamaño, son susceptibles de que se produzca algún tipo de incidente. Acontecimientos deportivos, conciertos musicales o espectáculos multitudinarios se encuentran entre los principales candidatos.
Según Jordi Murtra, director de Murtra Proyectos, compañía dedicada al asesoramiento en la mejora de la gestión de riesgos, los acontecimientos de más de 2.000 personas o aquellos que se celebran en espacios ubicados a más de 28 metros de altura, están considerados de alto riesgo, con lo que hay que es imprescindible elaborar un plan especial de seguridad. Murtra participó, junto con Carlos Lluch, de Lluch & Juelich Correduría de Seguros, en una sesión formativa sobre gestión de riesgos en eventos organizada recientemente por el capítulo español de Meeting Professional International (MPI).
PLANIFICAR Y PREVENIR. Disponer de un plan de prevención y protección no solo es recomendable, sino también obligatorio, como marcan las normativas estatales, autonómicas y municipales. Pero hay algo más, contar con una planificación de la gestión de riesgos puede evitar muchos quebraderos de cabeza. Según Carlos Lluch, hay riesgos, como los ambientales que son difícilmente controlables, pero sí se pueden prever y establecer un plan de contingencia.
Por tanto, una planificación meticulosa ayudará al éxito de los distintos procesos que conlleva la gestión de riesgos: identificación, análisis cualitativo y cuantitativo, planificación de las respuestas, seguimiento y control.
Según la Guía de los fundamentos de la dirección de proyectos, del Project Management Institute, antes de llevar a cabo un evento es muy importante identificar todos los posibles riesgos que pueden darse. Por cada riesgo identificado, conviene evaluar la probabilidad de que suceda y el impacto que éste tendría sobre el evento, de forma que se establezcan criterios de prioridad.
Una vez hecho el análisis cualitativo de los riesgos, conviene medir el impacto potencial que tendría sobre el evento y la cuantía en términos económicos que éste supondría. Este proceso sirve para desarrollar opciones y determinar acciones de cara a mejorar las oportunidades y reducir las amenazas que ocasionan los riesgos detectados en cada evento.
Aunque existan percances que son de difícil predicción, hay factores como la prevención que son determinantes a la hora de evitar males mayores. Existen medidas de seguridad que son ineludibles. Medidas que, forman parte del propio montaje del evento, y no una supervisión adicional. Aspectos básicos y casi de perogrullo como que los equipos eléctricos no pueden manipularse sin material aislante, que la carga y descarga no deben realizarse sin cinturones ni calzado especial, o que el montaje en altura hay que hacerlo provisto de arnés y casco.
De igual importancia –tanto para la seguridad como para el buen desarrollo del evento– es disponer de los certificados pertinentes que prueben que los equipos tecnológicos funcionan de manera correcta. En los montajes especiales de estructuras de iluminación, por ejemplo, es preciso un certificado por parte del fabricante que constate que se pueden montar sin ningún peligro. O cuando en un evento se necesita utilizar una potencia eléctrica muy alta, ésta tiene que estar bien controlada mediante el cableado y los cuadros eléctricos necesarios, pero también tiene que contar con sus certificados en regla.
Las medidas de seguridad más utilizadas a la hora de realizar un evento tienen que ver con el empleo de materiales de decoración ignífugos, evitar bloquear cualquier tipo de zona de acceso o paso, equipar con material específico al personal técnico y de decoración, utilizar sistemas de seguridad adicionales en los equipos que tienen que trabajar en altura, cumplir las normativas de inclinación de rampas de acceso o escalones y, en algunos casos, contratar ambulancias para que estén preparadas por si fuese preciso. Y como además no se puede eliminar la existencia de contingencias, al menos es necesario tratar de minimizarlos y disponer de las pólizas de seguros necesarias por si el riesgo se materializa.
Medidas necesarias
Cualquier plan de seguridad debería contener, al menos, los siguientes apartados:
• Controlar el acceso.
• Disponer de los certificados que demuestran el correcto estado de los equipos tecnológicos.
• Contar con un plan contra incendios.
• Realizar revisiones periódicas.
• Disponer de un plan de de riesgos laborales.
• Señalizar las salidas de emergencias y evacuación.
• Acotar los espacios abiertos con balizas.
• Contar con personal sanitario.
• Contar con un botiquín.
• Conocer de antemano los hospitales cercanos.
• Acudir a empresas especializadas en seguridad.
• Mantener contacto directo con la policía del lugar.
C. H.