El objetivo de la compañía es entrar progresivamente en China con vehículos fabricados en Martorell, lo que significa aumentar la demanda de producción y cumplir el compromiso de situar la factoría a plena capacidad.
James Muir, presidente de Seat ha señalado que el mercado chino supone una gran oportunidad para una marca como Seat, “sinónimo de diseño, espíritu joven y deportivo, atributos muy valorados por dicho mercado”.
Seat afirma haber identificado una gran demanda de vehículos europeos entre los consumidores chinos.