Ron Barceló ha llevado su estrategia de comunidad un paso más allá con La Dropería, un “drop experiencial” concebido para generar conversación, jugar con el misterio y premiar la lealtad de sus seguidores.
El experimento, planteado como un espacio digital exclusivo, ha combinado narrativa en redes, retos en tiempo real y una recompensa final alejada del formato habitual de las ediciones limitadas: un viaje a la Isla de Ron Barceló en República Dominicana. El proyecto arrancó sin revelar en qué consistía. Sin producto ni promesa explícita, el lanzamiento se apoyó en una primera pista en stories que activó a los “barcelovers”: más de 200 personas siguieron la cuenta sin conocer su contenido, iniciando un periodo de diez días de especulaciones, memes y teorías impulsadas desde @ronbarcelospain.
En ese tiempo, @ladroperia pasó de 1.000 seguidores a superar los 10.000, pese a tratarse de una cuenta privada, con picos de crecimiento cada vez que aparecía una nueva pista. Con ello, la marca logró concentrar a su comunidad más fiel en un canal propio pensado para comunicar y lanzar sus drops de forma exclusiva.
Cuando llegó el momento de desvelar el DROP 001, la cuenta dejó de aceptar nuevos seguidores para convertir el lanzamiento en una experiencia cerrada para quienes ya formaban parte de La Dropería. El día 30 se produjo el momento clave: la publicación que abría la caja del DROP 001 superó las 43.000 visualizaciones pese a ser un perfil privado.
Ese mismo día, el concurso se desarrolló en stories en tiempo real desde un plató, con Alonso Caparrós como presentador, después de que días antes se lanzara el primer reto para activar a la comunidad. La dinámica fue más allá de lo digital: se anunciaron coordenadas reales y, en segundos, cientos de participantes salieron a la calle.
Según los datos del proyecto, las primeras personas tardaron apenas un minuto en llegar al punto indicado y, durante las casi seis horas de retos, el teléfono de La Dropería recibió 79 llamadas, hasta el punto de tener que apagarse. En los días siguientes, se recopilaron más de 170 vídeos de participación y el post final del concurso alcanzó 40.000 comentarios en una cuenta de alrededor de 11.000 seguidores.
Un ‘drop’ que culmina en un viaje a la “Isla Ron Barceló”
El giro final llegó con la revelación de la recompensa: el DROP 001 no fue un producto, sino una experiencia. La marca trasladó a su comunidad al “paraíso” con un viaje a la Isla Ron Barceló en República Dominicana, planteado como un regreso al origen y como declaración de intenciones: frente a los drops basados en objetos, Barceló apostó por el valor de lo experiencial.
El viaje se compartió mediante 22 stories y 6 reels, con más de 4,3 millones de reproducciones en reels, un alcance superior a 15,4 millones de personas y más de 57.000 ‘likes’, según cifras facilitadas por la campaña.
La Dropería cerró la acción con un balance global de cerca de 59 millones de personas alcanzadas, más de 14 millones de visualizaciones totales, más de 200.000 likes, 42.000 comentarios y 12,5 millones de visualizaciones en stories. Con estos resultados, la marca subraya que su objetivo no era solo generar engagement, sino reforzar el vínculo con su comunidad a través de participación, exclusividad y recompensa.
La iniciativa no se queda en el primer lanzamiento. Ron Barceló avanza que el DROP 002 ya está en preparación, con la intención de seguir desarrollando este formato para sorprender a su comunidad sin competir únicamente por volumen de ruido, sino por impacto y diferenciación.