A finales del año pasado, el diseñador gráfico Raúl Goñi estaba realizando su Trabajo de Final de Máster, en la Escuela Universitaria de Diseño e Ingeniería (Elisava) de Barcelona, cuando comprobó la ausencia de espacios públicos para colgar pósters o carteles en la ciudad condal, frente a otras capitales europeas, como Ámsterdam, donde el ayuntamiento cede localizaciones para la libre expresión de la ciudadanía.
“Las marcas dominan el espacio público y no hay hueco para que la gente pueda expresarse”, señala Raúl Goñi a IPMARK. Bajo esta necesidad, nace el proyecto personal Public Protest Poster (ppp) para “intentar reconquistar localizaciones y reivindicar el papel del póster en el diseño, como una forma de dar voz a todas las personas y colectivos o asociaciones que tengan algo que decir”, explica.
Este proyecto, que nació antes del decreto de estado de alarma, ha servido para lanzar mensajes de apoyo en estos meses de aislamiento, donde la salida a la calle estaba prohibida, permitiendo crear una comunidad que ahora es más necesaria que nunca, cuenta el fundador de ppp.
Más de 500 pósters
La iniciativa se ha dividido en dos fases. En la primera, se ha proyectado durante algunas semanas de la cuarentena trabajos de diseñadores que Goñi admira, como Anthony Burrill, Sarah Boris, Mario Eskenazi, Irma Marco, Sister Corita o Eike Koning. Ahora, el proyecto está en la segunda parte, en la que la sociedad y colectivos tienen voz. Se ha creado una página web, en la que cualquier persona puede subir su diseño en cinco minutos. En una semana, se hicieron más de 200 pósters, cifra que supera, en los primeros días de junio, los 500 trabajos.
Entre las condiciones, el fundador de Public Protest Poster indica que es, principalmente, el “respeto” en los mensajes y que el contenido no supere las siete palabras. En la plataforma, se puede elegir además la tipología, color y composición. “Una vez creado el pósters lo puedes colgar en la galería de forma anónima y éste será proyectado”, explica Raúl Goñi. Los mensajes recibidos presentan una ciudadanía crítica, que, por ejemplo, en estos momentos apoya con carteles el movimiento ‘Black Lives Fucking Matter’.
El proyecto aterriza en México
Todos los diseños tienen cabida y son proyectados desde la azotea de Raúl Goñi y desde otros puntos de la ciudad condal. El fundador confiesa que lo ideal sería «tener una red local de proyectores y que fuera creciendo”. Las proyecciones se realizan los martes y jueves de mayo y junio, a las 21:30 horas, en Barcelona. El proyecto empieza a tener interesados pero fuera de nuestras fronternas. Ciudad de México se ha convertido en la primera ciudad en unirse al proyecto Public Protest Poster, que se encuentra en manos de “un fablab en el barrio de La Condesa”, y pronto verá la luz.
Foto: Aïda Boladeres.
Colaboración con Camper
Hasta el momento, ninguna agencia se ha puesto en contacto con el fundador de ppp, pero sí han tenido una colaboración con la marca Camper, que dio voz a la propuesta. “No hemos inventado nada, la proyección se utilizaba desde siempre. Espero que la proliferación de este tipo de herramientas horizontales en las que no hay relaciones de poder, se establezca un diálogo más personalizado entre personas y empresas”, concluye.
TEXTO ROCÍO CALDERÓN