Parece que todo el mundo en el sector adtech está hablando de privacidad, y no es un tema nuevo. Tras años de murmullos persistentes, el Privacy Sandbox de Google escaló el debate en 2019, el lanzamiento del marco ATT de Apple en 2021 llevó las cosas aún más lejos y el fin no-fin de las cookies en Chrome sigue generando debate.
La verdad es que esto es algo positivo. Durante demasiado tiempo, la industria adtech ha tratado los datos de los consumidores como si no costaran nada, con los consumidores, en su mayoría, totalmente inconscientes de lo que se estaba haciendo en su nombre. Por lo tanto, ya era hora de que todo el ecosistema adtech empezara a tomar la privacidad de los datos en serio.
Hay muchos ejemplos de marcas y editores que están totalmente comprometidos con la nueva era de la privacidad de los datos. Sin embargo, estamos viendo ejemplos flagrantes de privacy-washing, un término tan antiguo como el propio debate que refleja la práctica demasiado común de comunicar un enfoque de privacidad prioritario sin realmente ofrecerlo ni cumplirlo.
Privacy-washing: refleja la práctica demasiado común de comunicar un enfoque de privacidad prioritario sin realmente ofrecerlo ni cumplirlo
Muchas organizaciones se muestran engañosamente más comprometidas con la privacidad de lo que realmente están. Destacan las políticas de datos mientras mantienen prácticas invasivas, y dificultan que los usuarios comprendan y ejerzan sus derechos de privacidad.
¿Cuál es el daño del privacy-washing?
En primer lugar, y lo más importante, el privacy-washing no hace absolutamente nada por la confianza de los consumidores. Tenemos una gran tarea por delante para reconstruir la confianza de las personas en la industria, y estas prácticas no son la manera de lograrlo. No sólo ralentizan el progreso del sector, sino que corren el riesgo de desperdiciar un momento crucial. Aquí tenemos una oportunidad para rediseñar el intercambio de valor y comunicar a los consumidores que la web abierta no es gratuita, es un contrato bilateral.
Aún a riesgo de ser obvio, todos los actores en adtech necesitan responsabilizarse de las prácticas que no cumplen con la privacidad, ya sea del lado de la tecnología, los sitios web o en el proceso de la propia transacción de compra programática de la publicidad. Y aquellos que no cumplan podrían estar sujetos a investigaciones y/o multas por parte de organismos reguladores. Por eso es importante realizar la debida diligencia.
Si esto no es motivación suficiente para ir más allá del simple postureo en el ámbito de la privacidad, solo hay que mirar las regulaciones existentes sobre privacidad de datos en todo el mundo: GDPR en Europa; PLIP en China; CCPA y COPPA en los Estados Unidos; DPDP en India. La lista continúa y sigue creciendo. La regulación de la privacidad está aumentando globalmente; no hay escapatoria. El cumplimiento absoluto pronto será un requisito básico para hacer negocios.
¿Cómo evitar caer en la trampa del privacy-washing?
Cada operador necesita asumir la responsabilidad de poner su propia casa en orden. Pero en un ecosistema con tantas partes y asociaciones interconectadas como el mundo del adtech, también significa asegurarse de que los socios con los que trabajamos puedan demostrar su compromiso con la regulación de privacidad.
Por lo tanto, es vital dedicar tiempo a preguntar a los socios actuales y potenciales sobre sus credenciales de privacidad:
- ¿Cumple la solución con todas las regulaciones de privacidad en una jurisdicción dada?
- ¿Trabajan estrechamente con las autoridades de protección de datos (APD) locales o regionales, y están al tanto de su servicio?
- ¿Ha sido esta solución validada de forma independiente desde una perspectiva de privacidad de datos?
- ¿Cumple lo que promete en términos de privacidad de datos?
- ¿Qué otros actores de tu entorno lo están utilizando y defienden la solución?
También es esencial probar el servicio desde la perspectiva de un consumidor, considerando las siguientes preguntas:
- ¿Sé dónde están mis datos?
- ¿Me siento en control de ellos?
- ¿Puedo ver, eliminar, actualizar, y retirar cualquier consentimiento que haya dado previamente siempre que lo desee?
Ya estamos teniendo las conversaciones adecuadas para comenzar a construir la confianza del consumidor. El futuro de la web abierta financiada por publicidad depende de nuestra capacidad para respetar los datos de las personas y darles control total sobre ellos.
Hay un camino claro para llegar allí, y desde luego, no pasa por el privacy-washing.