…y mantilla.
Peineta, la que hace el Ayuntamiento de Madrid al colectivo profesional de diseñadores gráficos. Mantilla, es el que tomó la decisión final para el resultado del concurso de la marca destinada a convertirse en el símbolo de la candidatura olímpica de Madrid para el 20020.
Porque una peineta es lo que a primera vista percibo en el diseño elegido. De nuevo asoma la España de la pandereta gracias a un concurso, el recurso más devastador utilizado por la mediocridad.
En algún lugar he podido leer que se trataba de representar los arcos de la Puerta de Alcalá pero el vano no constituye el arco, el vano es nada, vacío, como vacío de idea está el diseño rediseñado.
“La convocatoria de un concurso entre estudiantes, más allá de la desconsideración hacia el colectivo de profesionales del diseño y hacia la actividad profesional que desarrollan, no es un proceso idóneo para obtener la mejor solución”.
Considero que este párrafo del comunicado emitido por las asociaciones de diseño gráfico merece una reflexión. Estoy totalmente de acuerdo con que los concursos sólo sirven para reflejar la mediocridad de quienes los convocan por falta de criterio profesional para encontrar soluciones idóneas.
En lo que no estoy de acuerdo es en conceptuar como una desconsideración el hecho de convocar a los estudiantes, un colectivo tan respetable como el de los profesionales. Para con ellos es la desconsideración, deben competir con nosotros. ¿Con quién mejor pueden medir su fuerza creativa? Somos, o debiéramos ser, su mejor referencia.
Y porque no se puede calificar como desconsideración una decisión tomada ni siquiera como resultado de un concurso, sino desde la ignorancia.