Como siempre, la justificación es una causa noble: alertar sobre los estragos de la anorexia, denuncia social. Como ocurría con Benetton. El anuncio está apareciendo en vallas, periódicos y revistas italianos, aunque algunos como Il Corriere de la Sera, se han negado a publicarlo.
Hay opiniones para todos los gustos. Las asociaciones de lucha contra esa enfermedad han puesto el grito en el cielo. Sin embargo el Ministerio de Sanidad italiano apoya la campaña.
Una vez más Oliviero Toscani ha sentado plaza de provocador. A este Observador le repatean estas cosas. Pero no cabe duda de que Toscani es un maestro en generar notoriedad para una marca mediante el escándalo y con bajo presupuesto publicitario. La treta ya la conocemos. Pero ¿cuál es el precio que paga la marca?
OBSERVADOR