Little Buddha ha sido la agencia encargada del proyecto, conjuntamente con el equipo de marketing de Nocilla.
El rediseño ha consistido en despojar a la marca de artificios y resaltar la autenticidad de su receta, incluyendo en el packaging un visual de Nocilla sobre una rebanada de pan rústico para despertar el apetito de niños y mayores y también “sanificar” el producto.
Así mismo, el vaso de cristal estilizado busca transmitir calidad.