Para concienciar a la población sobre los riesgos de la exposición prolongada al sol, el pasado 15 de julio se colocaron 20 esculturas de hielo en diferentes emplazamientos de Madrid, con el fin de que los transeúntes las vieran desaparecer ante sus ojos. Las esculturas, que representaban distintos perfiles de personas (madre con un carrito de bebé, ejecutivo con su maletín, mujer tomando el sol, hombre sentado en un banco y tenista), tardaron una media de cuatro horas en convertirse en agua. Junto a las esculturas, unas azafatas repartían folletos informativos sobre la prevención del melanoma y la importancia de descubrirlo a tiempo.
La agencia Bungalow25 fue la autora de la idea y el anunciante que la patrocina, la compañía farmacéutica Bristol-Myers Squibb.