¿Cómo ha afectado este profundo cambio de mentalidad a la creación de nombres que se adapten a esta nueva realidad? Pues a mi entender bien poco. Si echamos una ojeada a las marcas más conocidas del sector, veremos que siguen los mismos patrones que en cualquier sector tradicional.
En un extremo, nos encontramos con los nombres más descriptivos: DropSend, MapBuilder o CityFeeds. Conceptos muy claros y fáciles de entender pero muy difíciles de conseguir desde el punto de vista legal (por no hablar de la disponibilidad del nombre de dominio).
En el otro extremo, los nombres más abstractos. Google, Meebo o Mologogo representan una forma de abordar el naming mucho más moderna, donde el nombre se entiende como una herramienta para sobresalir, distinguirse y adquirir una personalidad única, creando marcas más exclusivas y apropiables.
Y entre los dos extremos, mi opción recomendada: los nombres evocativos. Ya sean palabras existentes en algún idioma (LinkedIn, Twitter, Kijiji), grafías alternativas (Tuenti, Flickr) o neologismos (Skype, Technorati, Wikipedia) son fáciles de recordar porque se relacionan con la oferta, ya sea de una forma más directa o a través de una analogía. Y lo más importante de todo: es más sencillo encontrar el dominio disponible, elemento de importancia capital en un negocio 2.0
Ignasi Fontvila es naming creative manager de Branward.