Capacidad de respuesta: la clave
La capacidad de respuesta adquirida a partir de 16 años como agencia independiente líder en España en consultoría e implementación de estrategia editorial ha colocado a BPMO Edigrup por delante en un mercado cada vez más exigente y que busca nuevas propuestas basadas en la excelencia en el diseño y los contenidos que generan valor y se alinean con la estrategia de la empresa.
Uno de los pilares de su metodología de trabajo pasa por la figura del responsable de comunicación, el interlocutor de la empresa, que se encarga tanto de la edición como de la organización de la publicación, junto con el coordinador editorial de BPMO Edigrup. Su función es coordinar a todo el equipo con el fin de transmitir las necesidades del cliente e implementar los objetivos marcados. Una figura que, sin embargo, supone sólo la punta del iceberg de un equipo de más de 100 colaboradores que nos ayudan a alcanzar nuestros objetivos y a seguir creciendo.
En primer lugar, la estrategia editorial corporativa surge de la necesidad cada vez más evidente de ofrecer un valor añadido a las empresas a la hora de plantear su comunicación corporativa. Todo ello teniendo siempre muy claro cuál es el público objetivo al que dirigirse y que definirá en buena parte las pautas estratégicas, así como los mensajes que deberán trasmitirse, ya sea a través de la publicación corporativa convencional o de otros canales complementarios como la intranet o una página web.
Más allá de diferencias de contenido, diseño o público al que va dirigida, sin embargo, el principal objetivo pasa en estos momentos por alinear la publicación dentro de la estrategia de comunicación de la compañía en cuestión, ya sea para potenciar el sentimiento de pertenencia a un grupo o estimular a sus trabajadores a mejorar su feed back con la dirección o a cambiar su posicionamiento respecto de la empresa, por ejemplo.
Un universo comunicativo
Como ya hemos avanzado, las estrategias editoriales corporativas comprenden cada vez más diversos canales comunicativos, pero bajo las pautas de una línea común. Se trata, en todo caso, de que dichos canales se complementen para conseguir el objetivo fijado al inicio de la estrategia.
Por ejemplo, se pueden reforzar los contenidos que ya se comunican a través de una publicación corporativa con otros de carácter más actual y dinámico que se podrán consultar en el portal de la compañía. Precisamente esta diferenciación de la forma de presentar los contenidos en función del canal nos llevaría a afirmar que cada vez más las publicaciones físicas, en papel, se destinan a contenidos de reflexión, dejando la información para otros canales más directos y seguramente más sencillos de actualizar como los portales del empleado o Intranet.
En todo caso, e independientemente de las herramientas determinadas para la estrategia editorial corporativa, una parte importante del éxito final pasará ineludiblemente por una difusión correcta de todas ellas. ¿De qué sirve una intranet que incluya mensajes de interés para los trabajadores si no saben que existe o cómo acceder a ella? Partiendo de esta base, se debe trabajar para generar una expectativa entre el público objetivo. Una acción que en todo caso será más sencilla cuando se trate de la comunicación corporativa interna de una compañía, si bien también se podrá conseguir cuando se de un elemento de comunicación externa si se define correctamente la estrategia.
Asimismo resulta importante que esta expectativa no decrezca tras la progresiva incorporación de nuevos elementos e iniciativas dirigidas a la comunicación corporativa, sino que continúe viva de cara a sucesivas incorporaciones.
En cualquier caso, y para conseguir que la estrategia alcance los objetivos fijados desde un principio, la clave pasa por referenciar a estos dos universos comunicativos. Por ejemplo, realizar llamadas a través del medio en formato papel sobre informaciones que se han plasmado en la intranet de la compañía